Geraldina González C.
Aunque pueda parecer irrelevante, la iluminación de los espacios en el hogar juega un papel fundamental en la decoración de interiores, pues su correcta ubicación y aprovechamiento influye en la comodidad de sus habitantes.
Una adecuada iluminación nos permitirá transformar cada uno de nuestros espacios interiores y potenciar su expresividad, enfatizando la iluminación en aquellas áreas que deseamos resaltar.
La arquitecta Débora Michelle Mendoza, coordinadora de la escuela de Arquitectura de Interiores de la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC), considera que los diferentes puntos de luz ubicados en el hogar deben obedecer a un sentido estético y confortable, pero sobre todo emocional.
Para determinar la ubicación de lámparas, focos o apliques en el hogar, hay que tomar en cuenta el área que se desea iluminar y las actividades que en ella se desarrollan.
Por ejemplo, “si se trata de un espacio de lectura, se necesitará iluminación directa. Pero si es para celebrar una cena romántica se tendrá que utilizar una luz de ambiente”, explica Mendoza.
TIPOS DE ILUMINACIÓN
La arquitecta explica que existen cuatro categorías de los tipos de iluminación más utilizados:
1. Iluminación general: se consigue mediante la colocación de apliques o lámparas de techo. Sería recomendable la utilización de varias fuentes de luz, en lugar de una sola fuente en el centro de la habitación.
”Este tipo de iluminación se puede controlar mediante reguladores de intensidad de luz, de forma que se puede optar por una iluminación más intensa dotando de una mayor vitalidad a las estancias. O bien una iluminación más suave que tiende a relajar”, explica Mendoza.
2. Iluminación puntual: por lo general es más intensa y tiene como objetivo iluminar una determinada actividad.
“Sirve de complemento a la iluminación general y suele provenir de lámparas de pie o sobremesa, en aquellas zonas destinadas a la escritura y lectura. Y lámparas suspendidas o de techo para la mesa del comedor, el área de maquillaje o afeitado, zonas lúdicas o de trabajo”, asegura la especialista.
3. Iluminación de exposición: está más orientada a la creación de un efecto escénico o teatral. Es considerada una iluminación protagonista, en la que ella es el centro de atención. Se pueden buscar colores o temáticas para dar un toque especial en la vivienda.
“Para este tipo de iluminación se suelen emplear lámparas cálidas distribuidas por los estantes o mesillas del hogar”.
4. Iluminación decorativa: esta iluminación se emplea para realzar los detalles e iluminar un determinado objeto en especial, como una planta, escultura o un cuadro.
“En la decoración actual, además se emplea para iluminar y resaltar los efectos arquitectónicos, creando falsas realidades como la sensación de ingravidez de un muro al colocarla en su base”.
ILUMINACIÓN SEGÚN EL ÁREA
De acuerdo con cada salón del hogar, Mendoza sugiere un tipo de fuente de iluminación adecuada para que contribuya a los fines que el área tenga.
Para el baño lo más indicado es la implementación de focos halógenos, que gozan de larga duración y son atractivos a la vista por la luz blanca que emiten.
En la cocina, lo ideal es colocar bombillos fluorescentes que, además de ser económicos, tienen una vida muy larga y dan una luz de gran calidad.
Para zonas de paso, como el pasillo y el recibidor, los apliques laterales en la pared o focos redondos y pequeños en el techo son la opción ideal.
En el caso de los dormitorios, Mendoza sugiere disponer una lámpara colgante para la iluminación general, acompañada de las lámparas con luz incandescente colocadas en las mesas de noche.
En el salón principal generalmente se coloca una lámpara en el techo; no obstante, Mendoza sugiere que esta puede sustituirse colocando en una esquina una lámpara de pie que funcione con halógenos regulables que permitan pasar de una iluminación general a una ambiental.