Carla Fjeld
PhD en Nutrición Humana
Las hojas y semillas son fuentes extraordinarias de vitaminas, minerales, aceites esenciales y antioxidantes. Para conservar sus calidades después de la cosecha lo mejor es cortarlas y utilizarlas inmediatamente.
En las hojas, la concentración de los aceites esenciales es más alta justo antes del principio de florecer. Cuando vaya a utilizar la flor de la hierba es mejor cortar aquellas que están justo abriéndose, sin tocarlas para optimizar su contenido de los aceites esenciales. Y cuando la semilla es de su interés, como es el caso con coriander o semillas de hinojo, coseche las semillas antes del principio de su caída de la planta, una vez que las semillas estén maduras y secas. Para secar las flores o las hojas primero enjuague, luego forme moños y cuelgue tallos arriba, flores y hojas abajo, secando en la sombra de un ambiente seco (o semiseco en Managua). Para aquellas hierbas que no mantienen su sabor al secarse, se puede congelar o poner en doble bolsa, pero no todas se pueden congelar.
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