Ana Salgado
TERAPEUTA SEXUAL Y DE PAREJAS
De todas las motivaciones que una persona puede tener para quedarse en una relación conflictiva la más común es “por mis hijos”. Pero, ¿es lo correcto? Antes de tomar esa decisión se deben tomar en cuenta algunos puntos:
*Solo padres felices pueden criar hijos felices: así como un adulto “siente” el ambiente pesado y la incomodidad cuando dos personas están disgustadas, así los niños, incluso los más pequeños, se estresan al vivir en un ambiente conflictivo. No es necesario que vean pleitos y escuchen gritos para darse cuenta que sus padres se están llevando mal.
*Los hijos no hacen de grandes lo que sus padres les dijeron, sino lo que su ejemplo les enseña: entonces la pregunta es: ¿Qué ejemplo le estoy dando a mis hijos y a mis hijas? ¿Cómo me sentiría si ellas o ellos actuaran como yo estoy actuando? ¿Quiero que ellas o ellos repitan mi historia y vivan lo que yo estoy viviendo? Si esto no es lo que quiero, entonces tengo que cambiar el ejemplo que estoy dándoles.
*Los hijos llenan muchos de los vacíos que tienen las relaciones: nos dan temas de conversación, algo en qué enfocarnos. Pero los hijos, tarde o temprano, se van a hacer su vida. Entonces, es útil plantearse el panorama de una vida que más pronto que tarde llega: la vida sin hijos. Cuando estemos solo mi pareja y yo, ¿de qué voy a hablar con él o ella?, ¿qué vamos a compartir?, ¿cómo será nuestra vida? Con esto hago mi foto y me pregunto: ¿Esto es lo que quiero para mi vida? Si esto no es lo que quiero, entonces ¿qué he de dejar de hacer?, ¿en lugar de eso, que he de empezar a hacer?
Solo teniendo en cuenta estos puntos puedo tomar las mejores decisiones para mí y los demás.
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