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“Como mujer, para mí significó un gran reto. No podía ser igual que los demás, tenía que hacer la diferencia y lograr que la voz del Inde se escuchara dentro del Cosep”.

Deyanira Argüello

Hasta la fecha, el Inde ha contado con muchos presidentes a cargo, pero solo con una misma mujer por tres años consecutivos. El año 2001 fue decisivo para Deyanira Argüello, porque de él dependía que la reeligieran por segunda y hasta por tercera vez. Ella, con una encantadora sonrisa en su rostro, nos invita a viajar por el tiempo y retroceder exactamente 12 años. Nos advierte que su misión no fue fácil, pero sí satisfactoria.

Fátima Arellano

 

Hasta la fecha, el Inde ha contado con muchos presidentes a cargo, pero solo con una misma mujer por tres años consecutivos. El año 2001 fue decisivo para Deyanira Argüello, porque de él dependía que la reeligieran por segunda y hasta por tercera vez. Ella, con una encantadora sonrisa en su rostro, nos invita a viajar por el tiempo y retroceder exactamente 12 años. Nos advierte que su misión no fue fácil, pero sí satisfactoria.

“La primera elección fue bastante reñida. Gané por un voto, pero desde entonces, en la segunda y tercera, gané por unanimidad. Mi primer reto fue precisamente mantener activos todos los capítulos y volver a darles vida. Fuimos capítulo por capítulo ayudándoles a que se organizaran. También le dimos vida al capítulo de León y mientras estuve como presidenta todos estuvieron trabajando”.

El Inde es la única cámara dividida en capítulos departamentales. Managua es la sede, pero los departamentos su verdadero corazón. Entre los capítulos destaca León, Masaya, Granada, Chontales, Rivas y Matagalpa. El Inde brinda capacitaciones y promueve diversos programas de desarrollo económico para las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes).

“Uno de los mayores logros que puedo destacar durante mi presidencia fue haberle dado un nuevo sentido al Inde, porque antes de mi gestión la institución se había caracterizado por ser únicamente el brazo social de la empresa privada, por eso tratamos de darle un nuevo énfasis en las Mipymes. Dado que el Inde es una de las cámaras asociadas al Cosep, y este solo veía a grandes empresarios, fue definitivamente algo muy novedoso, y como Inde tratamos de hacer la mejor representación”.

Como primera presidenta, Deyanira tuvo que derribar obstáculos, establecer un mejor orden de trabajo y ganarse con su desempeño el respeto de todos los hombres. Su misión no fue nada sencilla, pero cumplió cada uno de los objetivos que se planteó.

“Como toda institución que pasa por épocas altas y bajas, a mi llegada me encontré con una agenda que no tenía clara para qué era el Inde. Nuestra primera parte fue incluir gente nueva, sobre todo más mujeres en todos los departamentos. Desarrollamos varios proyectos y cada capítulo tenía su propio proyecto dinámico. Fue tan exitoso que al año siguiente me lo reconocieron. Como mujer, para mí significó un gran reto. No podía ser igual que los demás, tenía que hacer la diferencia y lograr que la voz del Inde se escuchara dentro del Cosep. Me enorgullece decir que todo eso fue posible y que obtuvimos muchas satisfacciones”.

Deyanira llegó al Inde en el año 2000 gracias a la invitación de su amigo Silvio Solórzano. Su último período como presidenta fue en 2003. Debido a que aceptó ser viceministra de Gobernación, en el período del ingeniero Enrique Bolaños, se distanció completamente de las gestiones de la institución por tres años. Posteriormente regresó y actualmente asiste como socia.

“Toda la vida he trabajado y ni cuando fui presidenta del Inde dejé de trabajar. El Inde es un hobby para mí. Es algo que disfruto hacer y solo me involucro cuando me necesitan porque es algo que hago con mucho cariño paralelo a mis otras funciones. Únicamente cuando don Enrique Bolaños me pidió que lo acompañara en su gobierno como viceministra de Gobernación me retiré de todas las gestiones del Inde. Una vez que concluyó su período en el Gobierno, regresé al Inde para apoyar y me dediqué a trabajar en una institución financiera, donde continúo. Como socia, voy a mis asambleas, trato de apoyar en todas las comisiones que me asignan y estoy involucrada en la celebración del 50 aniversario, a realizarse en septiembre próximo. También estoy trabajando arduamente para que la política de género del Cosep se aplique en el Inde tal cual es. Mi meta actual es que todos la lean y sepan de qué se trata para que puedan involucrarse”.

A criterio de la expresidenta del Inde, esta institución no puede ni debe estancarse en el tiempo, sino por el contrario, evolucionar en cada uno de sus proyectos. Ella considera que esta es la única cámara del Cosep que tiene más diversidad entre sus miembros y que la inclusión de la educación jamás debe faltar en los proyectos.

“Yo confío en todos los programas que el Inde desarrolla. Para mí ninguno puede ser más importante que el otro, sino de igual peso, sobre todo en aprendizaje, ya que todos deben incluir la educación y la capacitación para que den buenos resultados”.

El mayor capítulo de su vida

Por iniciativa de su esposo, Deyanira regresó a vivir a Nicaragua con él y con sus dos hijas. Ella afirma que dejar Estados Unidos ha sido la mejor decisión que como familia pudieron haber tomado, porque aún siente en su corazón las mismas cosquillitas de emoción por su país. De su esposo, con quien cumplirá 29 años de casada, confiesa que es el amor eterno de su vida, que él ha sido su principal apoyo, confidente y aliado. Y si volviera a nacer, “definitivamente me casaría con él mil veces, porque es lo mejor de mi vida, él y mis dos hijas. Francisco me ha dado la paciencia que tiene, me aconseja y no permite que renuncie a algo que sabe que quiero y me insta a vencer todos los obstáculos”.

Como madre, Deyanira admite que desearía tener a sus dos hijas cerca, pero como están estudiando fuera de Nicaragua, la mayor una maestría y la menor su carrera universitaria, se conforma con comunicarse con ellas todos los días. Ella es una madre muy orgullosa que siempre le da gracias a Dios por sus dos tesoros. “Para mí la educación comienza desde la familia. A mis hijas les enseñé a buscar la información para que hicieran por sí mismas sus tareas y no dependieran de mí. Gracias a eso, ellas siempre han sido excelente alumnas, muy destacadas y organizadas. Ellas son mi orgullo y mayor felicidad”.

El mayor deseo de Deyanira como madre es que sus hijas logren forjar su futuro con éxito y como mujer, que todas las mujeres logren hacer realidad sus sueños, venciendo todo obstáculo y dificultad.

“A todas las mujeres les digo que todo es posible. Luchen por lo que quieren. Aunque parezca imposible, no se den por vencidas, porque la vida sigue y a veces los obstáculos los vemos más grandes de lo que son, como una pared, pero no lo permitamos, atravesémosla”.

Nosotras empresaria entrevista

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