Elba Cristina Parrales
En los bebés recién nacidos no se recomienda la leche artificial, mucho menos el biberón, solo en casos sumamente necesarios, como por ejemplo: si la mamá no produce leche materna u otro caso extremo.
No es recomendable puesto que la leche materna contiene todos los nutrientes y beneficios que con el biberón con fórmula no se obtiene. Pero es común que los niños cuando están entre las edades de seis y doce meses ingieran líquidos en biberones. Por eso es de suma importancia que se tenga la higiene adecuada.
La neonatóloga Violeta Guerra explica que después de cada uso, el biberón debe ser lavado y luego esterilizado con la mamadera.
“Se ha comprobado en estudios que las mamaderas tienen microporos donde quedan atrapados ciertos residuos de leche, aun cuando han sido lavadas. Es por eso que deben ser cambiadas por lo menos cada dos meses”, recomienda Guerra.
La pediatra Velia Flores afirma que el uso constante del biberón crea dependencia y que el bebé tenga poco apetito para otros alimentos. De igual manera, afirma que promueve la caries y favorece a infecciones de la faringe.
En la actualidad, existen marcas de biberones que son más cómodos para el bebé. Lorena Herrera, administradora de la tienda y marca Chicco, explica que la particularidad de esta marca en biberón es que la mamadera tiene la forma muy similar al pezón. Pero además, todos los biberones de esta marca son anticólicos y tienen cero por ciento de BPA, que es un tóxico que puede perjudicar la salud del bebé.
¿BUENO O MALO?
Hay muchas opiniones acerca del chupón. Muchos lo consideran bueno, otros no tanto. Como fuere, lo cierto es que se debe usar debidamente y tener la higiene adecuada.
Violeta Guerra afirma que en su experiencia como neonatóloga pediatra se ha encontrado con varios estudios que refieren a una estimulación no nutritiva, que “es hacer que el niño esté succionando el chupete, pero eso se hace con niños prematuros para estimular la succión. Ningún chupete está recomendado para ser usado por un período prolongado”, explica.
La estimulación nutritiva debe hacerse como un ejercicio, por unos cuantos minutos y no usarlo solo como consolador en aquellos niños que son muy ansiosos, que comen mucho o que son inquietos.
“Al uso indiscriminado del chupón se asocian la modulación maxilar y sobre todo la transmisión de enfermedades como la hipertrofia de amígdalas”, asegura la pediatra Velia Flores.
Chupar la saliva todo el tiempo genera una idea al cerebro de saciedad, cuando realmente no está tragando nada.
Hay que lavarlo constantemente y usar un estuche para guardar el chupón.
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