Pareciera que en Nicaragua se ha vuelto una moda que cada vez más personas tengan interés en reducirse el estómago como una alternativa para controlar el peso.
La lista de personalidades y famosos que se han sometido a la operación bariátrica es larga. A esta no se escapan ni políticos como Arnoldo Alemán y Byron Jerez; tampoco presentadores de televisión como el comediante Rey Ruiz, de INN, entre otros.
El día que Margarita Pasos, presentadora del programa Margarita te voy a contar, decidió hacerse una manga gástrica iba tan feliz “como una niña cuando se alista para ir a su piñata de cumpleaños”, mientras su esposo se deshacía en nervios.
Ella ha dado un cambio espectacular en su figura, pasó de pesar 157 libras a 117. Se da el “lujo” de usar a sus 40 años la talla 4, igual que lo hace su hija Sofía de 15 años.
Cuenta que por varios años luchó por mantenerse esbelta, pero cada vez le era más imposible, ya que sufría un trastorno de la leptina, una hormona producida en su mayoría por los adipocitos (células grasas).
“Tenía problemas de colesterol, triglicéridos y prediabetes. Me inflamaba con facilidad y sentía hambre constantemente. Mi nutricionista en Colombia, tras haberme detectado el trastorno de la leptina, fue quien me sugirió que me practicara la manga gástrica. Al principio me asusté porque solo necesitaba bajar 40 libras y no era una candidata tan fija para esa operación, pero lo que pesó en mi decisión fue que llevaba más de un año con tratamiento para prediabética”, recuerda.
La decisión de Margarita no fue inmediata. Esa opción le tomó un año. “Me daba temor por mis hijos. Recé mucho, me puse en las manos de Dios y al final decidí hacérmela. Me animó saber que mi mejor amiga se la había hecho y que le iba muy bien. También lo hice por mi salud, porque me sentía muy cansada todo el tiempo, me daba mucho sueño y sufría de dolores de cabeza. Solo por estética creo que no habría corrido ese riesgo. Ahora me siento con mucha energía, me veo delgada y me siento feliz”.
UNA OPCIÓN ESTÉTICA
El rostro de Eleanne Etienne, gerente de mercadeo del Hotel Holiday Inn Select, denota total satisfacción por su experiencia cercana con la operación de reducción de estómago. Según ella, se hizo el procedimiento de manga gástrica porque ya había probado todas las dietas habidas y por haber y ninguna le dio resultado. Por el contrario, engordaba cada vez más.
“Yo siempre he sido aventada y cuando resolví operarme lo hice en una semana. Fui gordita toda mi vida y no tenía ningún complejo, pero después que di a luz a mi hija engorde aún más. La verdad es que a mí me encantaba mucho comer. Estaba tan gorda que pesaba 246 libras y para mi estatura pequeña era demasiado. Llegué a talla 18 y era frustrante cada vez que iba de compras. Llevo tres años desde mi operación. Logré perder 107 libras. Ahora mi talla es 6 si quiero ropa ajustada y 8 si la quiero más holgada”, explica.
Eleanne asegura que con la operación ganó mucho, como en estética, salud y hasta en el aspecto económico.
“Me encanta verme delgada, porque realmente nunca lo fui. Solo recuerdo que fui flaca a los 11 años cuando practicaba ballet; luego desarrollé y me engordé. Lo bueno de ese período es que no tuve inhibiciones y fui feliz, pero ahora soy más feliz porque me siento más mujer, más atractiva y más liviana. Recuerdo que cuando iba de compras gastaba mucho dinero en ropa para el trabajo. Ahora no tengo que gastar tanto para verme bien porque con una silueta más pequeñas es más fácil verse bien”.
EL PROCESO
La operación bariátrica es considerada el método más efectivo para reducir los riesgos asociados a la obesidad mórbida. Quienes se someten a esta cirugía tienen que ser valorados primero por el médico para saber si son candidatos o no.
Es una operación que se hace por laparoscopia, que puede durar entre dos y tres horas, pero el paciente debe estar hospitalizado por dos días. Posterior a la cirugía, el paciente debe estar un mes completo con dieta líquida, sin masticar ni siquiera goma de mascar para evitar la producción de jugos gástricos.
“Estuve dos días en el hospital sin sentir absolutamente nada. Te mantienen con un nivel de sedación que estás tranquila. Y como es por laparoscopia, solo me veía los hoyitos, pero ese primer mes a base de líquido fue espantoso. A las tres semanas estaba desesperada. Sentía la necesidad de masticar algo y eso te estresa mucho. A pesar de todo me la volvería a hacer”, asegura Eleanne.
Por su parte Margarita cuenta que en su primera semana “solo tomaba una onza de yogurt o de cualquier sopita, pero muy transparente. Lo bueno es que no sentís hambre. Es como que si algo se desconectara del cerebro para ya no sentir hambre y podés ver a otros comer y no pasa nada”.
Luego del primer mes de líquidos, continúa el proceso de “mogos” blandos y posteriormente comida más sólida. Todo este proceso debe ser acompañado por un nutricionista.
LA OBESIDAD SE HA PUESTO DE MODA
De acuerdo con el doctor Enrique Esquivel, experto en laparoscopia y el primer médico en poner en práctica la operación bariátrica en Nicaragua, lo que está de moda en el país no es la operación, sino la obesidad. Explica que desde los años noventa, con la llegada de la comida rápida a Nicaragua, la gente engorda y la obesidad es galopante en el mundo entero. Es por eso que cada vez más personas se someten a la operación bariátrica. A la par del problema de la obesidad se da el fenómeno de que los parámetros de belleza han cambiado y apuntan a la delgadez.
El doctor Esquivel, del Centro Médico Lomas de Tiscapa, revela que esta operación se empezó a realizar en Nicaragua en 1995 con el apoyo de médicos colombianos. En sus inicios se realizaban tres operaciones al año. Actualmente se hacen 10 operaciones mensuales.
El especialista afirma que con la cirugía el principal objetivo era resolver el problema de sobrepeso, pero con los años los estudiosos se dieron cuenta que la cirugía bariátrica también actúa cambiando el metabolismo del paciente, por lo que se cambió el término bariátrico por cirugía metabólica.
“Se encontró que los pacientes que se hacían cirugía bariátrica resolvían también la diabetes. El término cambia cuando se ve que la cirugía regula la función pancreática. Se le cambia el nombre de bariática a metabólica y se comienza a idear la cirugía para control de peso y metabolismo. Por eso, para controlar solo el peso es la cirugía de manga gástrica o bastectromía vertical. El by-pass gástrico, aunque es para el control de peso, se considera cirugía metabólica porque cambia el metabolismo del paciente”.
APRENDER A COMER
Estas dos mujeres que han vivido la operación gástrica aseguran que han aprendido a comer mejor. “Ahora como todo el santo día, pero poco y de manera más ordenada. Mi nutricionista me enseñó a priorizar las proteínas, a que tengo que masticar bien y que no puedo hablar mientras como, porque me lleno de aire y luego no me alcanza la comida. También que no puedo beber y comer a la vez porque el espacio de la comida ha sido ocupado por la bebida y entonces no me nutro lo suficiente”, revela Eleanne.
Pero además, quienes se someten a este tipo de cirugías deben aprender a tomar vitaminas de por vida. Después de la operación no se debe hacer ejercicios durante el primer mes, sino hasta el tercer mes y moderado.
En cuanto a su alimentación, Margarita Pasos expresa que no tiene restricciones, come de todo, pero en pocas cantidades.
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