ELBA CRISTINA PARRALES
En Nicaragua, los patrones de belleza se alinean cada vez más con los internacionales. Durante la adolescencia ganar autoestima y seguridad puede resultar un gran reto para muchas jovencitas, razón por la cual buscan la manera de verse mejor recurriendo a cirugías estéticas.
El cirujano plástico José Brockman afirma que la edad mínima para hacer una cirugía plástica ha cambiado en los últimos años. Antes se recomendaba a partir de los 21 años, pero desde hace muchos años ya no se respeta tal recomendación, pues ahora se realizan a partir de los 16, cuando el cuerpo aún está en desarrollo. Una decisión de ese tipo, asegura el cirujano, podría resultar posteriormente en arrepentimiento; no obstante, “realizarlas ha dejado de ser una locura, ya que se ha convertido en una realidad y en una necesidad que tiene el adolescente por querer verse mejor”, explica Brockman.
Las épocas han cambiado, así como las necesidades de los jóvenes, esto hace que se quiebren muchos paradigmas que son difíciles de mantener o imponer en un adolescente. El doctor Brockman considera que los fenómenos sociales han ocasionado que los jóvenes perciban que cierto equilibrio entre las partes del cuerpo llaman más la atención y les dan más seguridad.
“Hablamos de autoestima, pero no quiere decir que tengas que aceptar una nariz que no te agrada, por ejemplo. Por eso, si existe la posibilidad de mejorar la apariencia, los adolescentes buscarán los medios para hacerse una cirugía”.
Es de suma importancia que el adolescente considere si se desea realizar una cirugía por necesidad propia o ajena. Es decir, debe tomar la decisión sin presión alguna. Sobre todo, que esté emocionalmente estable y claro de los riesgos y secuelas que puede dejar una cirugía aparentemente innecesaria.
No todos los cuerpos responden de la misma manera, por eso es muy importante la consulta con el cirujano.
Recuérdese que por lo general las cirugías dejan cicatrices, algunas no tan visibles como otras, lo cual depende en gran medida del grado de cicatrización de la persona y de su condición física.
Las consecuencias de una cirugía pueden ser muchas, desde hematomas, sangrado, dolor, inflamación prolongada, reacción negativa a la anestesia e infección, por eso lo más recomendable es acudir donde un excelente especialista, ya que su experiencia es indispensable para que la cirugía estética sea un éxito.
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