La quimioterapia, radioterapia y otros medicamentos usados para combatir el cáncer pueden causar cambios en la piel, como por ejemplo: erupción cutánea, resequedad, cambios de color y sensación de picazón. A menudo, estos cambios son efectos secundarios como parte de la respuesta natural del cuerpo al tratamiento.
La piel puede volverse muy seca y escamosa, incluso agrietarse. La resequedad puede ocurrir por sí sola o acompañada de erupción cutánea. He aquí algunas recomendaciones: beber mucho líquido, paulatinamente durante todo el día.
Usar solo jabones líquidos para el cuerpo, con PH 5; champús, lociones o cremas que no contengan alcohol, perfume ni tintes.
Lávese con agua tibia o fresca. Desde baños de corta duración, y al secarse, en vez de frotarse la piel, dese palmaditas suaves con la toalla. Hidrate la piel dos veces al día. El mejor momento es después de bañarse, mientras la piel está húmeda todavía.
Aféitese con menor frecuencia o deje de afeitarse si tiene la piel irritada. No use detergentes con perfumes fuertes. Manténgase alejado del sol tanto como pueda.
Si ha de estar al aire libre use protector labial y crema solar de protección total para la piel con factor de protección solar (SPF) de 50 mínimo.
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