DRA. MARÍA LUZ ANDRÉ
MÉDICO NUTRICIONISTA CLÍNICO
La fibra alimentaria se puede definir como la parte de las plantas comestibles que resiste la digestión y absorción en el intestino delgado humano y que experimenta una fermentación parcial o total en el intestino grueso.
La fibra alimentaria es tradicionalmente considerada como un carbohidrato complejo y nos encontramos con dos tipos de fibra:
* La fibra insoluble: está integrada por sustancias (celulosa, hemicelulosa, lignina y almidón resistente) que retienen poca agua y se hinchan poco. Este tipo de fibra predomina en alimentos como el salvado de trigo, granos enteros, algunas verduras y en general en todos los cereales.
* La fibra soluble: está formada por componentes (inulina, pectinas, gomas y fructooligosacaridos) que captan mucha agua y son capaces de formar geles viscosos. Este tipo de fibra predomina en las legumbres, en los cereales (avena y cebada) y en algunas frutas. La fibra soluble, además de captar agua, es capaz de disminuir y ralentizar la absorción de grasas y azúcares de los alimentos (índice glucémico), lo que contribuye a regular los niveles de colesterol y de glucosa en sangre.
Los dos tipos de fibra dan consistencia a las heces absorbiendo agua y acelerando el tránsito intestinal, disminuyen también la absorción y reabsorción del colesterol, glucosa y ácidos biliares.
Ver en la versión impresa las paginas: 4