Rosalpina Vázquez, es recocida por la Unesco, como una pionera que rescata las riquezas folcloricas del país y en especial, las danzas del pueblo indigena de Sutiaba.
“No crea, que Sutiaba ha sido siempre un barrio de León, como hoy se conoce. Mi padre me contaba que Sutiaba era un cacicazgo mayor que limitaba por un lado hasta Telica y por otro hasta el mar. Estaba bordeado por ríos que han desaparecido y sólo ha quedado el Río Chiquito, el único sobreviviente de toda aquella maravillosa región geográfica, que nos muestra una Sutiaba muy anterior a lo que será después la ciudad colonial”, dice Vázquez.
También agrega, que su riqueza folclórica es variada, en su esencia indígena, como “Sutiaba es para León, lo que es Monimbó para Masaya”.
Danzas de los sutiaba
Cuatro danzas ha rescatado Rosalpina Vázquez de la tradición danzaría de Sutiaba, que muestran la idiosincrasia histórica, social y cultural del pueblo indígena; El Toro, La danza de animales, la Yegüita y los Mantudos.
El Toro es una danza dedicada a San Jerónimo, pero en sus inicios era dedicada al dios Sol, que era el náhuatl principal del sentido místico religioso de los sutiabas. “Hubo una época que bailaban con el cuero natural del animal. Con el tiempo se convirtió en una analogía simbólica del mismo. Cuando no existía el plástico eran papelillos multicolores los que decoraban al toro, que significaban las banderillas que le ensartaban en las famosas corridas de toros”, dice la maestra.
Fiestas que cambian
La folclorista dice que “La fiesta ha cambiado mucho; ahora el toro embiste a la gente. Antes no, el toro andaba sin embestir, bailaba al compás de la música y de los promesantes.
En el caso de La Danza de Animales, proviene de los rituales indígenas, como una festividad de agradecimiento a las buenas cosechas, por la lluvia, por la vida, pero sobre todo, dedicado al dios del maíz. En esta danza bailan varios animales: el garrobo, la culebra, el pijul, el cusuco, el zanate y el jaguar, todos característicos del ecosistema de Sutiaba”.
Vázquez, sostiene que la Yegüita es al estilo de El Güegüense, que tiene una intención de protesta social. Nace de un conflicto familiar, que se hizo social, ya que la yegüita originó una enemistad entre las dos familias, de esta confrontación surge la denuncia social. En relación a la danza de Los Mantudos, con un vestuario característico y hasta cierto punto diablesco, recuerda lo indígena con la música y las máscaras. Esta danza se representaba cuando Santiago era el santo patrono de León.
Como folclorista y maestra de la danza, Rosalpina Vázquez, busca en los bailes de tradición indígena, el alimento para sus coreografías y reitera: “no invento la danza, bebo de la fuente que la originó”.
Bailarina, coreógrafa y maestra de la danza, reconocida por la Unesco como una pionera que rescata los bailes originales de León
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