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Enfoques de la historia militar

Francisco Barbosa es un estudioso de la historia, investigador, admirador de las artes y la cultura y autor de un libro de poesías que aún duerme esperando ver la luz.

Por Karly Gaitán Morales

Francisco Barbosa es un estudioso de la historia, investigador, admirador de las artes y la cultura y autor de un libro de poesías que aún duerme esperando ver la luz. No sólo se trata de un uniformado de verde olvido que carga  medallas y grados que cubren su pecho y hombros, que dirige el Centro de Historia Militar y dicta la Cátedra de Formación Patriótica en la Academia Militar, sino de un narrador y humanista que por más de treinta años se ha dedicado al trabajo intelectual.

Historia militar de Nicaragua,  es el resultado de más de siete años de rigurosa investigación, inició en el año 2001 con un financiamiento que permitió a su autor visitar la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, la Biblioteca Pública de Nueva York, la Biblioteca de Columbia y el Archivo General de Costa Rica, inicialmente.

En el 2007 se publicó una síntesis de la obra, edición de tres mil ejemplares. En septiembre pasado salió a luz una edición de lujo de setecientos ejemplares, en saludo al XXX aniversario del Ejército de Nicaragua y a partir del 17 de mayo reciente se encuentra a la venta una edición sencilla a un precio accesible.
La estructura narrativa de la obra está elaborada de tal manera que es de fácil lectura para todo público y sostiene un elemento narrativo a lo largo de sus capítulos, pues el lector puede leerlo no como un libro de historia, sino que por sus recreaciones narrativas y estilo literario empleado en sus párrafos, como una novela histórica de acción e irse imaginando episodios de la historia de Nicaragua.

Francisco Barbosa, habla  sobre la importancia de este libro que se  presenta como un aporte historiográfico.

¿Cuáles fueron sus motivaciones profesionales para escribir este libro y aventurarse a esta larga investigación?

Cuando terminé mi maestría en historia, vi la necesidad de trabajar en una investigación que recogiera la historia militar de Nicaragua desde los indígenas hasta la actualidad. Porque si uno busca en la historiografía nacional, no hay ninguna obra que sintetice todo, ni ese período ni esa temática. Eso tiene que ver con la concepción de lo que es historia militar. Para muchas personas, incluso intelectuales, es sólo la descripción de las batallas, entonces en los libros de historia de Nicaragua uno puede encontrar algunos elementos de historia militar sólo cuando se describen éstas.

Por lo general quienes han escrito parte de la historia militar, han sido especialistas de otras ramas, abogados o historiadores especializados en historia económica, política y social; pero la verdad es que para un estudio de historia militar se necesita conocer de las ciencias militares. Yo tuve la posibilidad de estudiar una maestría en ciencias militares y una maestría en historia, lo que me facilita comprender los fenómenos que tienen que ver con el desarrollo de la guerra y los ejércitos y darle un carácter especialmente propio de la historia militar.

Queda claro que éste es un libro pionero, que recoge esta temática y este período, pero ¿hay otros libros que conozca en América Latina o Central sobre la historia oficial militar del que usted haya seguido el modelo?  

Son muy pocos los países de América Latina que tienen una historia militar oficial. En Centroamérica, ninguno de los países ha logrado tener un trabajo así, aunque hay esfuerzos por ir construyendo la historia militar, principalmente en El Salvador, en donde se creó una Academia de Historia Militar y que están integrados militares activos, militares retirados e intelectuales salvadoreños. En Guatemala están empezando a desarrollar trabajos de ese tipo.

En Nicaragua lo que se refiere a la historia militar estaba bastante dispersa y no encontré muchos libros, incluso la historia de Nicaragua general si uno quiere saberla tiene que comprar cincuenta libros. No es como en muchos países que existe una historia oficial e incluso, es una historia consensuada. Aquí nos encontramos con que la investigación se hace más difícil por la falta de fuentes, el deterioro de las fuentes, principalmente los periódicos, los documentos de los distintos gobiernos, en muchos casos ni existen.

Con todos los materiales que conlleva esta investigación y quedaron como excedentes ¿tiene la misión de crear nuevos libros?

Como proyecto personal quiero trabajar las grandes operaciones militares del Ejército Popular Sandinista. También en el Centro de Historia Militar tenemos el proyecto de construir la historia militar del Ejército de Nicaragua, empezar con éste porque tenemos bastante información, los protagonistas están vivos; así que es hacer un esfuerzo por desarrollar la historia militar por unidades y especialidades.


Usted al inicio en su libro exalta Guardianes de la Dinastía, de Richard Millet y es una obra que se califica como moderada y objetiva. El libro de Millet ha recibido mucha crítica, porque justifica los daños que la dinastía somocista hizo a la sociedad nicaragüense, poniendo a Somoza García como víctima de las circunstancias, además defiende los errores y malas decisiones tomadas por el gobierno de USA hacia Nicaragua. ¿No cree que iniciar con estos comentarios le bota a primera vista ante el lector la teoría de que el libro suyo es objetivo y sin ninguna ideología?


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De los estudios de la Guardia Nacional hay muchos libros y ahora están publicando más. Pero esta obra de Richard Millet es una tesis doctoral que contó con una información extensa y fuentes primarias. Tiene una riqueza en fuentes primarias muy grande. Considero que es uno de los estudios que más profundos en ese tema. Lógicamente cuando uno lo va leyendo va conociendo la posición del autor, en donde muchas veces justifica a los norteamericanos. Ése es uno de los problemas que tiene ese libro, pero no quiere decir que no sea un excelente libro. Sobre la Guardia Nacional es de los más completos.  

Cuando se toma el libro, por el título se siente de inmediato que se va a leer cosas de guerra y probablemente, alguien a quien no le gusta la guerra, pero sí la historia no lo vaya a leer.  Hábleme de las  recreaciones literarias.

El libro no sólo tiene cuestiones de guerra, hay descripciones y análisis que tienen que ver con la economía, cuando hablamos de los presupuestos de los ejércitos, de la situación económica del país, o temas que tienen que ver con la sociología, la composición de los ejércitos, los problemas políticos que van incluidos. Por ejemplo leemos la descripción de una batalla, encontramos elementos, si se pudiera decir, literarios. Cuando el lector va leyendo lo que es la Batalla de Namasigüe, se va imaginando todo, porque se describe todo el proceso de cómo se va desarrollando esa batalla, primero un ataque, se forma el Estado Mayor, se toman decisiones, se organizan las tropas. Hay un elemento narrativo que es muy importante.


¿Qué aportes y descubrimiento considera que tiene su libro y que no se hayan contado en otros libros de historia? ¿Qué descubrimientos que hizo usted con su investigación?

Hay varias cosas que pueden ser inéditas. Hay gente que desconoce la batalla de Namasigüe, que fue una guerra contra El Salvador y Honduras, cuando Nicaragua ocupó hasta Tegucigalpa y puso un Presidente en Honduras, un general del Ejército de Zelaya. Otro ejemplo, la muerte del general Zeledón, hay distintas versiones, hay una versión de que lo capturaron y después lo ahorcaron, en otra se dice que lo mataron por la espalda, otra que lo mató un señor Mariano Miranda. Yo presento las versiones que existen y pongo la que obtuve en mis investigaciones con mis fuentes. De la guerra y del desarrollo del Frente Sandinista también hay cosas desconocidas, del mismo general Sandino también. Trato de rescatar personajes, héroes, próceres, que han sido olvidados por la historia. Ya sea intencionadamente o no.


¿Unos dos errores históricos que hayan cometido otros historiadores y que usted con esta investigación los haya corregido?

Sería muy arrogante de mi parte decir algo así. Cada quien escribe de acuerdo a las fuentes que tiene, no puedo decir que son errores de determinados historiadores. Más bien lo que pasa es que de manera general la historiografía nacional ha tenido limitaciones. No profundizar en el estudio del Caribe nicaragüense, por ejemplo. La elaboración de textos  es sesgada y la verdad es que muchos han escrito borrando nombres, como Somoza quiso borrar a Sandino. El historiador no está para borrar nombres, ni acontecimientos ni nada, sino que debe contar los hechos de la manera más objetiva. No hay necesidad tampoco de utilizar epítetos en la narración, muchos libros se hacen con calificativos que incluso a veces son denigrantes. El autor debe respetar a los protagonistas de la historia, sean éstos caudillos, líderes militares o el mismo pueblo, debe haber un respeto en ese sentido. Estoy claro de que no se puede ser neutral ciento por ciento, porque siempre está la ideología y la parte subjetiva de por medio, pero uno puede tratar de acercarse a la verdad a través del estudio científico y objetivo del conocimiento y de su divulgación.

La Prensa Literaria

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