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Casa natal de poeta Ruben Darío.LA PRENSA/Archivo.

Darío el melancólico

Una investigadora sobre la vida de Rubén Darío descubre cómo éste fue marcado por algunas tragedias familiares que le devinieron en su mentada melancolía

Marta Leonor González

A su extensa hoja de vida como investigadora se suma su nuevo libro Rubén Darío meláncolico capitán de la gloria, de Nidya Palacios, una serie de ensayos sobre la vida y obra del poeta nicaragüense, publicado y presentado en Buenos Aires por la editorial de la Universidad del Sur.

La publicación, aparecida dentro de las celebraciones del bicentenario argentino, contiene algunos datos interesantes del por qué el nicaragüense fundador del Modernismo fue atrapado por el spleen y la melancolía.

En un repaso por la personalidad del escritor, Palacios habla de cómo éste fue marcado por algunas tragedias familiares y su temperamento, el que ha ido descubriendo a lo largo de su carrera de investigadora dariana.

¿Qué tragedias familiares son las que marcan a Rubén Darío y cuáles de éstas se verán reflejadas en su poesía?

En su autobiografía confiesa que conoció a su madre cuando una vecina lo llamó y le dijo: “Ésta es tu verdadera madre”. El la llama “una señora de negro”, quien le dejó unos regalitos y después agrega que vino a saber muy tarde que el “tío Manuel” era su verdadero padre. 

Los sicólogos explican que los traumas de la infancia marcan para siempre a un ser humano, más a Darío, tan sensible. En su poema Yo soy aquél expresa: “Yo supe de dolor desde mi infancia”. Para mí, esto se completa con lo que escribe en su autobiografía. 
LA PRENSA/ARCHIVO.

Además, la muerte de su esposa Rafaela Contreras, lejos de él, es otro golpe, apenas tenían dos años de casados y en mi libro cito cuando dice que estuvo días sumergido en los alcoholes, los llama “nepentes”, una bebida mágica que propicia la tristeza. También confiesa que si la fortuna lo hubiera acompañado y no hubiera malgastado su vida en su euforia artificial, y “el terrible horror ajeno”, su vida habría sido distinta, pues perdió la oportunidad de haber formado un hogar. Hay un poema dedicado a Rafaela El poeta pregunta por Stella (seudónimo que ella usaba como escritora), allí Rubén refleja su inmenso dolor. También el paso del tiempo, como dios devorador, ahondó su melancolía. 

¿El dolor que vemos en la poesía de Rubén Darío tiene su origen en la realidad histórica de América Latina?

En parte, pues lo atacaron sin piedad, leemos que con las piedras que le han lanzado habría podido construir un muro y es que por su condición de hispanoamericano, de mestizo, sufrió el rechazo de muchos. ¿Cómo recibirían sus detractores aquellas palabras?: “El movimiento que me tocó iniciar (el modernismo) tanto aquí como allá, el triunfo está logrado”. Todo el que se “señala” (destaca) con palabras de Sor Juana Inés de la Cruz es vilipendiado. Así los grandes hombres, héroes, poetas y artistas. 

¿Usted asegura en su publicación que toda la poesía de Darío es un canto a la libertad, en cuál de sus libros cree que mejor se ve reflejado ese sentimiento?

Primero, me refiero a la libertad de creación. “Mi poesía es mía en mí y aquél que siga servilmente mis huellas, perderá su tesoro personal”, dice en “Palabras Liminares” de Prosas Profanas. En cuanto a la libertad para los pueblos leemos su célebre Oda a Roosevelt, pero no sólo en este poema, hay que releer su Canto a la Argentina, conferencia que expuse en Buenos Aires, donde habla sobre cómo la libertad que trajo la independencia de este país le ha permitido ir a la vanguardia del progreso. Alaba a los próceres, Bolívar, San Martín, una verdadera apoteosis del Alba de América a raíz de la libertad conseguida. 

Nidya Palacios especialista en la obra del poeta nicaragüense Rubén Darío. LA PRENSA/ ARCHIVO.
Detestaba la guerra y dice que la “única guerra válida es contra la misma guerra”. Subraya que hay que desterrar “el cainismo”. Hay muchos escritos en prosa que yo cito en mi libro, sobre todo la opinión del ruso Fedor Kelin y de un ex compañero de clase mío en Tulane Universiy, el chino Yonghu Day, que estaba traduciendo a Darío al chino en 1995; te recomiendo leer lo que dice este crítico para una valoración de la defensa de la libertad de Darío cuando China se refiere a la rebelión nacionalista de los chinos contra el gobierno de la dinastía Oing. Lo podés hallar en la introducción de mi libro. 

¿Siendo Darío el fundador del modernismo, ya en su última poesía él quiere reafirmarse en este movimiento o quería proponer cambios rompiendo con éste?

Rubén mismo expresa que “necesita un desinfectante mi prosa” , y en el poema que se llama Agencia, en El canto errante aunque conserva la rima, escribe como los encabezados de los diarios, noticias que están pasando, hasta incluye palabras en inglés y catalán: “Se prostituye por un Bill / la prostitución infantil” , “Cambia de rumbo el Gulf Stream”, “¿Qué hay de nuevo? Tiembla la tierra / En La Haya se incuba la guerra”, dice intercalando palabras en inglés y catalán. Además, en la Epístola a la esposa de Leopoldo Lugones sus versos son coloquiales. Fin del modernismo, se inicia el vanguardismo. 

¿Tristeza y melancolía son dos sentimientos permanentes en el poeta, usted le atribuye a que contribuyó el abandono de su madre y su padre y la crianza de sus tíos?

La melancolía es un sentimiento que se encuentra en los románticos y que se agudiza con “el mal del Siglo”, el “spleen” , palabra inglesa que procede del griego “bazo” se hablaba de bilis negra, pues se consideraba que el predominio de este humor era el causante de la tristeza y el hastío: yo hablo de una condición existencial, del cansancio del vivir, un estado de alma que puede ser la vida misma, pero también por la angustia existencial, Rubén corroído por la duda, vacilante, creyente a veces. 

¿En las lecturas que tenemos del poeta cuándo podemos encontrar a un Darío juguetón y alegre?

Raras veces, pero sí hay poemas luminosos, alegres, sin la tristeza que tiñen sus versos como ¡Aleluya!, Sonatina, Margarita está linda la mar, La rosa niña, entre otros. 

¿Darío le temía a la muerte?, algunos estudiosos de su obra lo han manifestado. ¿Qué textos se ha encontrado usted donde se manifieste?

El temor a la muerte, a lo desconocido, lo encontramos en la mayoría de sus poemas: Los tres nocturnos, Lo fatal, A Phocás el campesino, Melancolía, y tantos que sería largo de enumerar. 

¿Ha sido invitada con motivo del centenario de Canto a la Argentina, cómo miran los argentinos a Rubén, conocen su obra, saben quién es?

La invitación del Instituto Literario Cultural Hispánico en su Simposio XXXIV celebrado en la Sociedad Científica Argentina del 9 al 13 de agosto, en homenaje a Ernesto Sábato por sus cien años de edad, fue muy gratificante. 

Me di cuenta de la vigencia de Darío. Se le admira y se le estudia en la clase de modernismo, es su punto de partida. El profesor Alfredo Ahumada, catedrático de la Universidad de Pensilvania, en la mesa que compartimos lo alabó en su Canto a la Argentina. Hace dos años se publicó la tesis doctoral del catedrático Francisco Solares de North Carolina Una armonía de caprichos: El discurso de una respuesta en la prosa de Rubén Darío. 

Un novedoso enfoque. También la misma sobrina nieta del gran Lugones, Laura Lugones, (de quien soy amiga), reconoce la grandeza de Rubén, me dijo que se le puso un torozón en la garganta cuando me escuchó leer mi trabajo donde cito a Darío, quien amaba a Argentina y la consideró “su segunda patria de encanto” / “donde soñó el soñador / donde he sido triunfador / y en donde se me quiere tanto”. Mis amigas, sobre todo, la doctora Nidia Burgos, lo estudia todos los años. Quiero agregar que tuve una experiencia que me llenó de regocijo, pues llegó a verme y escucharme la biznieta de Rubén, Marta Eloísa Darío, quien tan gentilmente viajó desde Rosario hasta Buenos Aires. Tengo varias fotos con ella y su esposo. 
LA PRENSA/CORTESÍA.

¿Puede su poesía, crónica periodística y cuentos darnos una visión real del mundo y a la vez hacer que miremos el mundo de otras maneras? 

Naturalmente, como periodista y cronista sobre todo, se mantenía al día de lo que sucedía en el mundo. Nunca fue indiferente a los acontecimientos. Es importante resaltar que aquéllos que lo ven sólo como poeta de cisnes y princesas, no lo han leído a profundidad, es inmenso. Es todo un profesional del periodismo. 

Deberíamos leer La caravana pasa, España contemporánea, Todo al vuelo, El viaje a Nicaragua, sus crónicas de teatro, sobre arte. Nos invita a ver al mundo en toda su complejidad que la escritura abarca todos los ámbitos de la vida, lo negativo y positivo, lo esencial es “ser sincero, porque ser sincero es ser potente / de desnuda que está brilla la estrella”. 

¿Cómo imagina el temperamento, el carácter de Darío según lo que ha leído y estudiado de él?

Palpamos su temperamento en toda su obra, ser melancólico, temeroso, débil, dual en sus creencias, los que tuvieron la dicha de tratarlo hablan de su timidez, de ser un hombre bueno, aunque tuvo arranques de cólera como todo ser mortal, pero un hombre noble, que amaba a sus amigos. 

Por último, tuve el privilegio de ser publicada en ese gran país, Argentina, pues la Universidad del Sur de Bahía Blanca me publicó mi libro: Rubén Darío, melancólico capitán de la gloria en una edición que será repartida en las bibliotecas de Argentina, España, Estados unidos y personalidades estudiosas de nuestra mayor gloria.

La Prensa Literaria

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