Vidaluz Meneses
“Uno se casa con alguien…”
Uno se casa con alguien
y da la espalda a la pasión
y a su zarpa mortal que cobra
la entrega absoluta.
Uno prefiere ese alguien
con quien se recibe el alba sin zozobra
y se está dispuesta a compartir atardeceres,
la cena y el noticiero de la noche.
Alguien que apaga la luz
cuando se cierra la cocina y los candados
antes de retirarse al plácido ayuntamiento
o al sopor del descanso.
Uno deja a sus espaldas la tormenta, el caos,
el arrebato que un día nos dejó vaciada
y removida el alma desde sus cimientos.
Uno toma la mano extendida
para cruzar la calle
y opta por transitar así.
La muerte entonces ya no sobrecoge
porque es prolongación del sueño
que ya se empezó a vivir.
Abril 2010
Sola conmigo misma
Observo los nenúfares sobre la superficie acuosa.
Su apacible estar me lleva a indagar sobre mis raíces,
no por las inmediatas, la Abia Ayala de mis antepasados,
sino por la planetaria causa por la que estoy aquí.
Por la que el Innombrable que sabe
y me llama por mi propio nombre
me hace sentir esta nostalgia de lo desconocido
de donde vine y adonde sé que tengo que volver.
Octubre 2008
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