Que se abran, por favor. Separen
en dos las aguas del mar.
Tenemos que sonreír los que hemos llorado.
Si por cualquier atraso o por ir de prisa
nos hacen dudar.
Sería como caer en un pozo profundo;
que dos estrellas se busquen una a la otra
en el espacio.
Y aunque el dolor nos quebrante,
aunque tapados los ojos no veas quién
es el verdugo.
Que importa,
que el camino sea el más oscuro
si antes de morir saltes de la cama
y abrazar al primer hombre.
Si no miro esa luz cuando se apague
ni sienta el calor de tus manos.
Es que estoy mortalmente herido
Húndeme en el río, dicen que sus aguas
son eternas
Porque vendrán días que desde el fondo
del mar subirán nuevas tierras,
nuevos hombres, con un nuevo pensar
y yo quiero estar allí.
Aquí no ha nacido ni ha muerto nadie.
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