Lo urbano y lo social con enfoque de crítica al entorno son los ejes temáticos de los grabados sobre papel de los artistas jóvenes Gustavo González, y Federico Ramón Alvarado, ambos estudiantes del tercer año de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, que exhiben sus trabajos en la nueva galería Arte Bello, que dirige Brenda Santos.
En este nuevo espacio, donde predominan trabajos de artistas jóvenes y artesanos del país, expusieron en su inauguración González, y Alvarado, los que también son arquitectos, experiencias académicas que han sabido llevar a sus expresiones plásticas de lo urbano y sociopolítico, que experimentalmente han estado trabajando desde hace dos años.
“Nuestro trabajo visual de lo urbano debe verse dentro del contexto político y social de Managua, que trata de las problemáticas de la territorialidad fronteriza, vialidad, migraciones, las violaciones de los derechos humanos, los fraudes electorales, entre otros aspectos, pero enfocados de manera artística en la obra”, explica González.
Por ejemplo cuando habla del marco de la territorialidad, el artista se refiere a los problemas limítrofes entre Nicaragua y las pretensiones de Costa Rica de apropiarse sobre una parte del río San Juan; el otro es la limitante o trabas migratorias a los nicas que viajan hacia Panamá.
Para González, el tema de la migración o restricciones va mas allá del espacio físico al profunfizar en las interioridades y sentimientos humanos; así como conceptuales en relación a la estética de la obra, grabada sobre papel, y trabajada en xilografìa, linóleo, stencil o spray.
Por su lado, la obra gráfica de Alvarado se enfoca en la trama urbana, la que desde su imaginario visual cuestiona la falta de un estilo arquitectónico predominante; éste se apropia de los iconos gráficos como son los rótulos que inundan la vialidad y rompen con el poco diseño urbano visible de la capital.
Otros de los elementos que aborda con precisión crítica, es la vida noctámbula de una ciudad atestada de anarquía y violencia. En este inventario de sus cuestionamientos desfilan los casinos como iconos de poder, la delincuencia nocturna, la prostitución, el narcotráfico, el abuso de la autoridad del orden.
Éste es su particular y artístico “paisaje o retrato del contexto urbano”. Al igual que González, los elementos plásticos de ambas obras, centran sus líneas grabadas y su cromatismo aplicado sobre el papel, a la denuncia. Sin duda aquí radica el potencial de estas obras de pequeños formatos que se han alejado del confort de las bellas artes, para ser realmente arte por el arte sin más ambages y reclamar su espacio en este contexto de críticas.
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