Por Marta Leonor González
Sonia Bravo vive en el barrio Monimbó en Masaya. Viaja dos veces a la semana a recibir clases de pintura en el kilómetro 31 de la Carretera Sur en Managua y manifiesta encontrar en la pintura un ángel tutelar en su vida contra el cáncer.
Con 35 años, Sonia nunca imaginó que un día al despertar sintiera molestias en uno de sus pechos, fue al médico y le diagnosticó cáncer de mama. Ya no pudo más vender las frutas en el mercado de Masaya. Alarmada y triste con la noticia llamó a uno de sus hijos para que se hiciera cargo del negocio, desde entonces ya no vende frutas.
Desde el 2005 es sobreviviente de esta enfermedad como muchas en Nicaragua, siendo esta la segunda causa de muerte en las mujeres.
De tez morena, tímida al hablar y con voz pausada Sonia relata que nunca supo de sus capacidades para tomar un pincel y un lienzo y desplazar por ellos su imaginación. “Cuando estoy con mis amigas pintando, estoy en otro mundo, veo los colores y la vida diferente, la pintura es mi apoyo y así enfrento mejor los días”, afirma.
De la mano de la pintora Sarah Lynn Pistorius, Sonia y tres mujeres pintan sus recuerdos, anhelos, fantasías y esperanzas. Todo inició con otra historia trágica: La muerte por cáncer de Marta Sandino, la madre de la artista a la que le fue diagnosticado cáncer de hígado y que falleciera un 4 de marzo del 2009.
Pistorius sintió la necesidad de ayudar a estas personas que sufren y como un homenaje a su madre vio una oportunidad de aportar parte de sus conocimientos artísticos en la pintura y compartirlos. Fue así que un día llegó a la Fundación Ortiz Gurdián que apoya a mujeres con cáncer y se ofreció como voluntaria, desde entonces la pintora ha trabajado con ellas por un año.
“Al inicio las mujeres estaban muy entusiasmadas, iniciaron en el taller de pintura doce, ahora han quedado cuatro. Muchas se han ido por la misma enfermedad, los materiales nos los costeamos entre todas. La experiencia ha sido enriquecedora, aprendo de ellas y trato de ayudarlas dándoles mis conocimientos sobre pintura”, dice Pistorius, quien las ha animado a montar su primera exposición de pinturas.
“Nunca pensé exponer”, dice Isabel Páramo, de 54 años, sobreviviente del cáncer de seno hace ocho años. “Al llegar por primera vez a la pintura vi un mundo diferente, amigas con las que podía compartir muchas cosas, ahora una historia común, el cáncer, todas vivimos lo mismo pero la pintura nos aísla de esa dura realidad”
Al igual que Sonia e Isabel, Cristina Núñez asiste al taller. Se recrea en la idea de hacer cosas diferentes. “He sacado lo oculto que hay en mí, esas ganas de pintar es mi descubrimiento de lo que soy capaz, nunca pensé que sería capaz de trazar una línea, ahora en ella encuentro una esperanza”.
De la fuerza y creatividad de estas noveles artistas, el pintor y maestro de generaciones Hugo Palma-Ibarra dice: “No la conozco personalmente, pero viendo sus lienzos es indudable que se intuyen cualidades que Sarah Lynn Pistorius ha sabido guiar con mano experta a resultados más que satisfactorios en la interpretación de las obras de Vincent Van Gogh”.
En sus ejercicios de pintura iniciaron con las formas tradicionales, los bodegones, frutas y paisajes, pero Pistorius prefirió que debían aislarse de los bocetos en blanco y negro. Fue así como llegaron al color y las pinturas de Vincent Van Gogh les sirvieron para su estudio.
Tomaron a Vincent Van Gogh como modelo para sus estudios y aprendizaje, sobre pinturas que el maestro realizó como los paisajes, los autorretratos, entre ellos el famoso Autorretrato como un bonzo , donde se pintó con la cabeza rapada al estilo bonzo o su Autorretrato con oreja vendada , mostrando toda la parte derecha de la cabeza con una venda. Pinturas analizadas por la crítica y que estuvieron marcados por sus permanentes problemas psíquicos que lo llevaron a ser recluido en sanatorios mentales de forma voluntaria.
Ibarra-Palma agrega sobre el trabajo artístico de estas mujeres: “Después de este tiempo de aprendizaje en el manejo de las herramientas necesarias para la pintura, es el momento de continuar para que cada una de ellas descubra en el tiempo sus posibilidades y sus habilidades”.
Según estudios médicos, la pintura es una de las terapias emocionales que ha traído resultados favorables en los pacientes con cáncer, VIH y trastornos mentales. Los médicos recomiendan lo que han llamado practicar la terapia del arte a través del taller de pintura o como otros lo llaman oncología sobre lienzo.
Pistorius agrega que para estas personas diagnosticadas con cáncer se generan infinidad de temores y emociones que si no se atienden, pueden agravar a los pacientes y cree que en la pintura encontraran un poco de paz y por qué no, esperanza para salir adelante en el día a día.
Rosa Moncada, psicóloga que ha atendido a mujeres con cáncer, asegura que la pintura es una de las terapias emocionales que más ha sido utilizada en enfermedades como el cáncer o trastornos mentales con resultados favorables. “La pintura logra llevar al paciente de un estado de estrés a otro de relajación y creatividad. Esto se debe a que los colores y el proceso que se da en el lienzo influyen para que las estructuras del sistema nervioso central produzcan un cambio en la actitud, el estado emocional y la percepción del dolor”, comenta la médica.
Fue así como estas mujeres víctimas del cáncer de seno han decidido emprender nuevos retos, entre ellos la de pintar y hoy festejan con una muestra Trazos de vida y esperanza , una exposición que se exhibe en el restaurante Quinta Holanda en el kilómetro 31 y medio de la Carretera Sur, 50 metros al este a partir de las 3 de la tarde y que estará los próximos quince días.
Sobre el cáncer
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año fallecen en el mundo 7,6 millones de personas de ambos sexos. En los países desarrollados el cáncer de seno es la segunda causa de muerte y, en todo el mundo, cada año contraen la enfermedad entre 20 y 25 millones de personas.
Otros estudios señalan que de los diagnósticos que se hacen sobre cáncer en mujeres, de todas las mujeres diagnosticada el 36 por ciento es por cáncer cérvico-uterino y el 29 por ciento es de cáncer de mamas. Y otros sostienen que a diario una mujer es diagnosticada de cáncer de seno según estudios médicos nacionales.
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