14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Ernesto Cardenal, escritor y sacerdote, en una estancia en la Isla de Solentiname. LA PRENSA/CORTESÍA.

El Diario Loco de Celina

En una ocasión en que el poeta Carlos Martínez Rivas me estaba aconsejando sobre un posible trabajo monográfico que yo me proponía escribir sobre Pablo Antonio Cuadra, me escribió diciéndome...

Vidaluz Meneses

En una ocasión en que el poeta Carlos Martínez Rivas me estaba aconsejando sobre un posible trabajo monográfico que yo me proponía escribir sobre Pablo Antonio Cuadra, me escribió diciéndome:

“Yo siempre prefiero los trabajos de índole biográfica, existencial, acerca de un artista, que los trabajos de orden especulativo y, de alguna manera grávida, abstractos. Yo fui desde los trece años, es decir desde hace cuarenta años, un voraz lector de ‘Diarios’ y ‘Cartas’ de los escritores, poetas o pintores que consideré mis maestros”.

Creo yo, que particularmente un Diario titulado como tal, despierta indefectiblemente la emoción y la intriga de asomarnos a la intimidad de una persona. Pero no fue tanto mi caso ante el libro de Celina Moncada porque la conocí desde su adolescencia y aunque la consideraba un tanto tímida y asustadiza, su forma de expresarse era llana y clara.

Ya adulta y viviendo en Roma, me escribió y me contó que estaba escribiendo un libro y que me enviaba un fragmento. Lo leí y lo que me impresionó positivamente fue la autenticidad con que estaba escrito. Allí estaba ella relatando con desenfado lo que finalmente conocí que era el contenido de su libro. Nada menos que su propio proceso de búsqueda de una forma de espiritualidad a la que ella llegó a través de algunas experiencias interesantes que relata, como el haberse iniciado obteniendo una maestría en la terapia conocida como Reiki y que ella explica así:

“El Reiki, dicen los que han estudiado su historia, existe desde hace miles de años. Han pensado que Buda y Cristo utilizaban esa técnica para curar a la gente. Es lo que se llama en el lenguaje común ‘imposición de manos’. Todos tenemos dentro de nosotros el Reiki y todos podemos ser canales de energía”.

Fue el mismo día de esa primera experiencia que Celina comenzó a leer las memorias de Ernesto Cardenal y por él empieza a saber quien es el monje trapense norteamericano Thomas Merton, que según cuenta, su nombre me lo escuchó con frecuencia a mí, pero en ese tiempo no le interesó mayormente. Yo realmente lo mencionaba por lo que había escuchado o leído de Ernesto y un poco de Napoleón Chow sobre él. Fue al profundizar Celina, en la vida de su antiguo vecino y amigo de su tía Adilia, Ernesto Cardenal, a quien una vez le pidió que le bendijera su casa, que empezó a caer en la cuenta de quien se trataba ese personaje y así “Ernesto Cardenal la llevó a Thomas Merton y éste a Cardenal”, según sus propias palabras.

Podemos decir que casi toda la población nicaragüense ha sido formada en la tradición judeo-cristiana, pero hay algunas excepciones, yo al menos tengo tres amigas, dos de ellas son Adilia Moncada, tía de Celina a quien cita con frecuencia en su libro y doña Celina Aguirre de Moncada, madre de Adilia, abuela de Celina que es recordada por ella como la persona que la condujo a la cultura tibetana a través de los libros de un lama encarnado y conocido como Lobsang Rampa. La tercera amiga es Patricia Delgado Montalván que lee El I Ching como los cristianos leemos la Biblia, y sobre todo en los principales momentos de su vida.

Entre los años sesenta y setenta, cuando estuve a cargo de la Librería Universitaria de la UCA, recuerdo que ese autor era destacado en los catálogos y yo importé toda la serie de títulos observando el interés con que eran adquiridos y leídos profusamente entre un buen sector de mis contemporáneos. Algunos de esos libros los menciona Celina cuando a instancias de su abuela comenzó a leerlos a los trece años de edad: El Tercer ojo , El cordón de plata , entre otros.

Ese antecedente en su formación la preparó para estar abierta a comprender los textos de dos monjes cristianos excepcionales como Merton y Cardenal y asumir con igual intensidad la figura de Cristo y el camino de iluminación del budismo, admirando el liderazgo espiritual y la trayectoria de personas como el Dalai Lama.

¿Por qué Diario Loco si habla de cosas tan serias podríamos decir? Bueno, no lleva un orden cronológico estricto por así decirlo, cuenta su vida cotidiana en Roma durante tres años, pero su rutina va alternándose con la nostalgia y el recuerdo de lo vivido en Nicaragua.

Celina es traductora al italiano, del Cántico cósmico de Ernesto Cardenal, trabajo que realizó con especial devoción y sobrecogida por lo que su contenido le iba transmitiendo en cada lectura. Tiene especial interés en aclarar que ella no es ninguna persona religiosa. Habla a lo largo de toda la obra de las múltiples coincidencias con las que se ha ido encontrando. Se siente parte de un todo y que es la energía que impregna esa totalidad la que le impulsó a escribir esta obra, a veces parecería referirse a escritura autómata un fenómeno mas que científico, referido posiblemente al terreno místico o de búsqueda de las raíces, de la identidad, asunto éste que también aflora en el libro aunque la misma autora reitera, “yo digo que fue a partir del Reiki y es el ki el que me hace teclear, el que se me venga la idea a la mente”.

El hilo conductor es su propia vida, experiencias dolorosas y conmovedoras como su acompañamiento al padre agónico a quien asiste facilitándole su tránsito con el Reiki. O la pérdida del proyecto revolucionario.

En otro momento anecdótico, recreando los personajes populares de su Masatepe natal o recordando cuando salíamos en mi viejo automóvil BMW de buena marca pero en total deterioro por falta de repuestos imposibles de adquirir durante la guerra y que bautizamos como buenas darianas, con el nombre “Lo fatal”. Tal como me lo comentaba mi hija Vidaluz, otra de sus lectoras, es un libro que te hace reír y llorar.

También los escenarios son asombrosamente disímiles: o una calle polvosa de su provincia o una cena elegantísima en Roma con célebres personajes de la farándula y el cine.

La publicación de esta obra es un hecho importante en la vida de Celina, ella aspiraría a despertar el interés por su lectura en la juventud y yo creo que su motivación es lo que ella describe de forma particularmente profunda:

“El amor es una cosa que traspasa todas las barreras. La mayor fuerza que existe y la que mueve todo. Nunca he tenido ningún problema en lo que se refiere a querer a la gente. Cuando las personas tienen problemas para amar entonces se les produce un gran vacío que luego quieren llenar con cosas. El vacío lo llenan con violencia y agresividad que descargan en los otros. El vacío que se produce cuando no hay amor es un vacío que ‘no es bueno’, no es como el vacío de los yoga sino que es un vacío que está lleno de cosas falsas”.

Por esa razón creo que quiere compartir con la juventud esa buena nueva de haberle encontrado un sentido trascendente a su vida, no es casual que cite la Cantiga 6 del Cántico Cósmico : “Si la muerte es un absurdo, la vida lo es,/ Pero si tiene sentido, lo tiene la vida”.

La Prensa Literaria

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí