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El escritor e historiador de Jimmy Avilés. LA PRENSA/CORTESÍA

Palabras para despedir a Jimmy

Quiero hablarles desde uno de mis más profundos dolores, desde la partida de mi hermano, mi maestro, mi amigo, desde la ausencia física de uno de mis más cercanos afectos.

Por Fernando López Gutiérrez

Quiero hablarles desde uno de mis más profundos dolores, desde la partida de mi hermano, mi maestro, mi amigo, desde la ausencia física de uno de mis más cercanos afectos.

Jimmy fue el amado compañero de proyectos, de ideas, de entusiasmos. Juntos los tres: Pepe Prego, él y yo construimos ilusiones de vida, de un mundo mejor, imaginamos una Granada, una Nicaragua, en la que la educación y la cultura fueran el motor de la transformación. Creímos en el valor de nuestras raíces, en el rescate de nuestras tradiciones, en la revalorización de la cultura de nuestro pueblo, en la cultura popular.

Hicimos planes y nos embarcamos juntos en aventuras editoriales e investigativas, creamos el Centro de Investigaciones Culturales Francisco Pérez Estrada para el estudio de los valores culturales propios, de los intelectuales representativos como Carlos Martínez Rivas, de los personajes populares. Nos hicimos el propósito de convertirnos en autoridad en la materia de nuestros afanes, en estar presentes en todos aquellos esfuerzos de promoción cultural en la ciudad.

Inventamos un Centro Cultural, con teatro, sala para conciertos, café y bar literario, se hicieron los planos inclusive, y aunque no fuimos capaces de concretarlo con el empuje financiero que esto requería, sí tuvimos la osadía de involucrarnos con pasión en otros proyectos que fueron surgiendo en nuestra Granada, en el Palacio de la Cultura Joaquín Pasos Argüello, la Asociación de Promotores de la Cultura, con el Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica, en la galería de la Casa del Recodo, en la Casa de los Tres Mundos, con la Alcaldía Municipal, con la Cooperación Italiana, con la Cooperación Española, con el Suplemento Ventana, con La Prensa Literaria, con el Nuevo Amanecer Cultural, en fin con múltiples entidades.

Inventamos el movimiento Salvemos Granada, junto con José Joaquín Quadra Cardenal para resguardar y rescatar la herencia valiosa de nuestra arquitectura local que se encontraba deteriorada por el abandono que vivimos al final de los ochenta y contribuimos significativamente a la realización del Primer Seminario de Revitalización que se celebró en Nicaragua.

Fueron muchas las investigaciones y publicaciones en las que participamos, La Piedra Bocona, Xalteva, Teosintle, el boletín humorístico La Papeleta en la que publicó por entregas su trabajo sobre los apodos granadinos que algunos personajes no supieron recibir con la gracia que obliga el caso de una recopilación maravillosa de la riqueza del cognomento popular y lo quisieron llevar ante la ley sin éxito.

Pero lo más importante de todo en Jimmy Avilés es el calor humano que creamos, la camaradería que practicamos, la solidaridad de hermanos que construimos, los lazos de fraternidad y comunidad que establecimos entre nuestras familias, sus hijos y nuestros hijos, que fueron alimentados desde tiernos con la savia del amor filial, de la confraternidad, de eso fue capaz Jimmy, el amigo, el hermano, el consejero, el psicólogo, el historiador, el conocedor de la cultura popular, el humorista mordaz, sagaz y ácido.

El geniecillo de menudo cuerpo, de mirada aguda, de voz suave, de gestos peculiares, de expresiones llenas de sabiduría popular, que supo construir una gran avalancha de simpatía; no hay quien diga lo contrario de este personaje único y especial que hoy estamos despidiendo a su otra etapa, a su nueva forma de vida.

Hoy estamos frente al cadáver de quien fuera una persona toda humildad y amistad, todo cariño y bondad, desprendido de lo material hasta quedar él mismo sin nada entre sus manos. Otros fueron sus valores, él cultivó el intelecto, la amena conversación, el consejo sin remuneración. Supo vivir como viven los elegidos: llenos de amor a su alrededor. Y hoy todos estamos refrendando con nuestra presencia ese Jimmy al que todos hemos querido y amado.

Hasta luego, nos vemos allá luego; lamentamos quedarnos en nuestro parnaso granadino solo con seis y no ya los siete sabios de la Grecia, de la que siempre nos habla Francisco de Asís Fernández.

Adiós Jimmy, ahí llegamos. Pero sabes que nos harás mucha falta. Salud.

La Prensa Literaria

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