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 José Moreno de Alba comenta sobre las nuevas que trae la Ortografía de la Lengua Española. LA PRENSA/M.LORÍO.

Ortografía con novedades

José Moreno de Alba es quizá uno de los hombres que más sabe de lingüística mexicana. Desde muy joven cuando era estudiante se apasionó por las letras, estudió en la Facultad de Filosofías y Letras, en donde obtuvo la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en 1968, pero "dejé los estudios en literatura para el goce y me interesé más por el estudio de la lingüística e hice el doctorado", dice.

Por Marta Leonor González

José Moreno de Alba es quizá uno de los hombres que más sabe de lingüística mexicana. Desde muy joven cuando era estudiante se apasionó por las letras, estudió en la Facultad de Filosofías y Letras, en donde obtuvo la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en 1968, pero “dejé los estudios en literatura para el goce y me interesé más por el estudio de la lingüística e hice el doctorado”, dice.

Su trayectoria en los estudios de lingüística, fonética, semántica y dialectología son extensos. Gracias a su aventajada labor de estudioso coordinó y fue parte del equipo de investigación de uno de los proyectos más ambiciosos en lingüística, el Atlas Lingüístico de México, que comprende casi veinte años de investigación sobre el habla de los mexicanos.

Parte de su amplia trayectoria es su presencia en la Academia Mexicana de la Lengua, de la que fue su director hace unos meses y ahora, según él, “estoy en más reposo para el estudio”.

Moreno de Alba, al igual que muchos académicos, participó en la nueva edición de la Ortografía de la Lengua Española, la que fue presentada por él en la sede de la Academia Nicaragüense de la Lengua en Managua y en cuyo acto también fue invitado a formar parte de la Academia Nicaragüense como miembro honorario.

En un momento de su visita al país invitado para recibir estas distinciones, Moreno de Alba habla de los cambios en la nueva ortografía de la lengua española y sus novedades.

LA LINGUÍSTICA INTERÉS NATO

¿Cómo inicia su interés por la ortografía y el estudio del lenguaje español?

Estudié en la Universidad Nacional Autónoma de México y comencé estudiando Lengua y Literatura Españolas y al terminar la licenciatura fue cuando decidí hacer un doctorado y estudié lingüística hispánica porque me pareció, por mi experiencia en la licenciatura, que la lingüística tenía un carácter científico que buscaba yo y que no estaba en la literatura.

¿Cómo llega a la lingüística y cómo inicia su relación?

Por su carácter científico. Preferí dedicar mi vida a la investigación de la lingüística, después hice el doctorado, me uní a trabajar con el estudioso español en lingüística, el maestro Juan M. Lope Blanch, y con él como maestro comencé a trabajar en dialectología, hicimos con otros investigadores y bajo su dirección el Atlas Lingüístico de México, que fue una investigación que duró mucho tiempo.

¿Estas investigaciones sobre lingüística por su naturaleza se llevan muchos años, en el caso de México por su extensión territorial, habitantes y lenguas, cómo fue la experiencia? ¿Fue difícil?

Me gusta trabajar en investigaciones colectivas de largo aliento y que sean importantes como el Atlas que para mí fue una experiencia de muchos años y fue muy enriquecedor. Además de mis trabajos personales, fui invitado a entrar en la Academia Mexicana de la Lengua de la que fui director, cargo que dejé en febrero de este año bajándole un poco al ritmo de trabajo. Con lo del Atlas es una investigación en la que me interesé en exponer los datos de manera más legible y trabajar en la sintaxis histórica.

El Atlas son seis volúmenes, se llevó unos 20 años la preparación de los cuestionarios de los investigadores, el levantamiento de las encuestas que en un territorio como México es muy lento por la extensión de territorio, además téngase en cuenta que se tenía que viajar mucho y daba clases al igual que otros de los investigadores y no me podía dedicar de lleno a los viajes. Fueron muchos años comenzando en el año 1969, por lo tanto el español que se explica en el Atlas es el español de los mexicanos de los años setenta, es una fotografía y no tiene que ser muy larga la encuesta porque si no, les digo a mis estudiantes que la fotografía sale movida.

¿Qué aprendió de la experiencia de reunir parte del habla de los mexicanos?

Antes del Atlas Lingüístico el español de México no se conocía científicamente y había descripciones de personas aficionadas pero no de lingüistas profesionales, lo que le dimos es un polimorfismo del español pero con una unidad esencial básica más grande de la que puede tener el español en España y que por lo tanto es un español fuerte, es un dialecto con mucha personalidad el español mexicano.

¿Qué relevancia tiene presentar la última versión de la ortografía española de las academias de la lengua?

Muchísima. La ortografía es la disciplina en la que el texto tiene verdadera autoridad. Las academias determinan la ortografía que es atendida por todos los hispanohablantes del mundo, es en definitiva atendida la norma ortográfica.

¿Esto qué quiere decir? Que es una enorme responsabilidad de las academias redactar reglas ortográficas claras porque ahí sí se nos va a obedecer, digamos en los diccionarios no tienen un cuerpo normativo tan claro como la ortografía.

Las grandes editoriales del mundo hispánico, las escuelas, el periodismo están esperando las reglas claras para seguirlas, claro que pretendimos con esta ortografía convertir un manual que teníamos en un gran tratado de ortografía, nunca se había publicado en español un tratado tan serio como este.

¿Qué ejemplos hay de estas normas que regulan la ortografía o los cambios como suprimir letras del abecedario, algunos ejemplos en palabras como “solo o este” que ya no se acentúan?

No hay cambios, hay precisiones. Por ejemplo los hispanohablantes somos dados al pequeño escándalo, más bien hay precisiones. En el caso de las letras del alfabeto hace muchos años, quince años por lo menos, que la letra “ch y la ll” se definieran como dígrafos que son signos de dos letras, y que las palabras que tuvieran estos dígrafos fueran ordenados en la “c” y en la “l” como les corresponde y no en capítulos como sería para la “ch” y otro par la “ll”.

Cuando se tomó esta decisión se tuvo la oportunidad de hacer coincidir la lengua española con todas las lenguas que tienen este dígrafo en el mundo. Si busca una palabra en un diccionario francés, no la va a encontrar en un capítulo de la “ch” sino de la “c” y en inglés lo mismo, si busca un apellido en un directorio telefónico no lo va a encontrar en la “ch”, sino en la “c”. De tal manera que la decisión que se toma es poner a la lengua española en orden como todas las demás.

El alfabeto ahora tiene 27 letras ¿Cómo ha sido aceptado por la gente?

Es decir, el alfabeto hasta hace poco todavía conservaba de manera incoherente la “ch” y la “ll”, lo que hemos determinado es eliminar estos dígrafos, por lo tanto ahora tenemos 27 letras en el alfabeto en concordancia.
En la práctica estos cambios no tienen ninguna consecuencia excepto una consistencia, esto es un ejemplo de modificación de la ortografía y la gente lo ha aceptado, pues no se altera nada sino ordena.

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Por ejemplo, en el número de reglas sobre uso de mayúsculas había muchas lagunas, no estaban identificados los casos donde se debía identificar, ahora son reglas más completas, la acentuación igual como este, aquel, solo… había la libertad y la regla de que no se acentuara si fuera necesario, ahora lo que se sugiere es que no se acentúen porque no es necesario ese acento.
Lo que hacemos es moderar hábitos y siempre lo que se busca es la sencillez, parece que fuera una contradicción publicar un volumen tan amplio y que yo le diga que es para hacerlo más sencillo, lo único que pasa es que hay que explicar bien las reglas y convertir la ortografía en un tratado.

¿Las academias imponen el lengua, las reglas ortografías?

Es un acuerdo de naturaleza social. La sociedad determina cómo escribir y son las sociedades de la comunidad hispanohablante, pero le han dado a las academias la autoridad para aplicar la regla y son sociedades tremendamente exigentes, por lo tanto esos caprichos de los grupos humanos, no de las academias, son los grupos donde se usa la coma y las mayúsculas.

Como sociedad somos nosotros mismos los que hemos venido aplicando estas reglas. Lo que las academias hacen es ayudarle a la sociedad a tener claras estas reglas que se han venido fijando, por lo tanto es una ayuda importante de las academias a la sociedad en el campo de la ortografía para facilitar el ponernos todo de cómo escribir.

¿Qué mensaje da a los jóvenes que siempre tienen problemas con la ortografía?

Si hubiera una enseñanza de la ortografía, los jóvenes no tendrían recelo, hay que señalarle a todos los hispanohablantes que la ortografía española es probablemente la más sencilla y lógica de todas las ortografías derivadas del latín. A los maestros y a los jóvenes lo que hay que decirles es que se quiten la idea de que la ortografía es algo complicado y no lo es.

¿Cómo afectan las nuevas tecnologías, los chats en el internet, la ortografía española?

No lo creo que afecte. Espero que no, son dos mundos diferentes, hay que dejar que cada forma de comunicación sea independiente y los que usan los chats y las abreviaciones tengan el derecho de hacerlo de acuerdo con su sistema, pero son las sociedades las que tienen la autoridad, no los académicos.

La Prensa Literaria

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