Oyendo unos tambores en Tangañica
Encimita de la piel está la pena
el temor al público
la solitud.
Pero cuando el primer tambor
dice tum,
el otro secunda tum tum,
y empiezan a tumbar los negros
la noche se viene cerquita
y mil años son nada.
Rumba, rumba, tumbamba, tumba
y la escena soy yo
tumbando, rumbando
rumbo al Congo
a Benin
a Zambia.
Me pregunto, rosa negra,
¿cuál de estos seré yo?
doña Elena.
Génesis.
¿Quién me salva del sajino,
quién me saca esto de mí?
y este tambor cotidiano
que a veces me dice que no
luego obligado trae el sí.
¡Hay Río Escondido, triste!
soñándote estoy así
en el corazón de Zambia
que es el mismo de Bluefields
es ramakí
es Atlántico
es Pacífico.
¡Qué bruto! ¡Bruto! ¡Bruto!
es mi Nicaragua aquí
reventando sus cadenas
construyendo el porvenir
revolviendo el pasado
hasta el infinito ¡Al fin!
Black is black
Ser negro da lo mismo,
en cualquier latitud
black es black.
Si no que lo digan,
las magníficas actuaciones de Sidney Poitier
los formidables músculos de Jim Brown,
Caupolicán moderno,
o Lotario, fiel como el golpe que asesta a los enemigos
de Mandrake.
No es cuestión de alma blanca.
Porque negro es negro,
black is black,
full time: por dentro y por fuera.
Negro en los muelles de New York,
en Old Bank,
en los algodonales de Atlanta,
en Vietnam, Laos y Camboya,
en el Madison Square Garden.
Negros, sudando de ambición,
en las olimpiadas mundiales
“dándole colorido al espectáculo”
Pelé, Pelé, Pelé y “el negrito del batey”
y los demás en tantos climas son
“negros simplemente”.
Black is black
Pero “give me a chancemake a raise a rass”.
“Give me a chance”.
Todo puede sucederle a uno
Todo puede sucederle a uno.
No es cierto que nadie puede abrir una caja fuerte.
No es cierto que la vida se garantiza con un
seguro de vida.
Hay más.
Nuestra infinitesimal inseguridad
al igual que la de los presidentes
está en continuo acecho.
Como la hierba del campo sin tanto
verdor
vamos pasando o quedándonos
mientras todo nos pasa.
Al fin hallamos que antes de llegar a nosotros
nuestra presencia en Adán era un recuerdo
después de lo otro.
Es nuestra disposición;
morir
antes de nacer a la verdad.
Al final, decimos
al dilá, allá será.
Esto es presencia.
Mayo
A June
Está lloviendo en mi tierra
y huele a tierra mojada.
Me lo ha dicho mayo
me lo dice el viento
que sopla fresco y holgado.
Pobre viento enamorado
todo roto y remendado
le soba el pelo al zacate
que lo tiene bien peinado.
Porque luego al paloemayo
se puso empericuetado.
Mayoya dice mi novia,
sinsaima dice encantada.
Y mayo va por la noche
tunante y supiritado
lobulando las orejas
picando la rana al sapo
más grande la papada.
Mayaya Lasinki
Mayaya o
Maya ya ya ya ya
Mayo llegó.