Beltrán Morales
Vamos a cerrar dijo la mesera o reflexiones nocturnas del artista en una de sus crisis de mutismo delirante
Si en el bar
jugás al más solo
al más sufrido
das con lozas grifos
mesas luisas soledad y gritos
Si además
largoarte / brevevida
paradojales lugares
bares comunes
qué resta?
Tras la vajilla
das con luisa
su vagina
Resta largarte
solo
Encima
como si nada
un broche de oro
los valses de Strauss.
(La Prensa Literaria, 8 de septiembre de 1968).
Guerra de bacterias
Cuando invado e invades de saliva
dientes y lenguas
estamos inyectándonos microbios;
Mas no te asustes, no te asustes,
pequeña mujer de la pre-guerra.
Mañana,
tendida bajo el negro sol de una cloaca
sucia y mostrando tus grandes muslos blancos,
temblarán tus pechos como par de geigers
y comprenderás la verdad de mis palabras:
dulce es nuestra guerra de bacterias.
Amargo el ruido de las bombas.
(El pez y la serpiente número 3, marzo de 1962)
Qué descansada vida —reglas—
Antes que nada cálese un legítimo sombrero
tejido a mano. En seguida obtenga sublimes
tarjetas postales en giras turísticas alrededor
del país realizadas en el vehículo de algún
amigo. Pare (por favor) en pintoresco rancho
de palma y pida y beba el divino néctar
de inmemoriales caciques servido en auténticas
jícaras labradas. Entable amena charla
con campesinos del lugar acerca de anécdotas,
lluvias copiosas y qué tal van los frijolitos.
Al mediodía balancéese en blanca hamaca bajo
palmeras verdes de casa solariega. Cierre
los ojos y enervado más decidido déjese llevar
por el coraje: en vista de que su novia no lo ama
propóngase como meta la guerra de guerrillas.
A continuación imagine inmensos corredores
y floridos balcones coloniales; nostálgico
considere que ya nunca jamás volverán.
Conténtese en fiestas y jolgorios de sabor popular.
Tortúrese a sí mismo, violéntese, tóquese
la conciencia y piense: “Pobrecitos los indios
sucios descalzos etcétera.”
Mézclelo todo en una batea condimentándolo
con abundante y apropiada calidad. Después
(si es que puede) rempújeselo de un solo trago.
Y verá qué rico: eso le pasa por confundir
su honrado temperamento romántico
con la lucha armada de liberación nacional.
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