Karly Gaitán Morales
La pianista y compositora alemana Irma Koch llegó a Nicaragua hace doce años después de trabajar como profesora de música en el Conservatorio Nacional de su país durante cincuenta años. La mitad de su tiempo lo ha vivido en Nicaragua, lo ha dedicado a contribuir en el desarrollo artístico, intelectual y humanístico de sus alumnos e integrantes de la Orquesta Filarmónica Juvenil de Nicaragua, que desde el año 2005, cuando se formó por iniciativa entre estudiantes y profesora en la Escuela Nacional de Música, ha crecido tanto en proporciones como en conocimientos de teoría musical y admiradores.
Los treinta músicos que componen el grupo son estudiantes universitarios y de bachillerato, de edades entre 13 y 24 años, tienen un público que les sigue en las redes sociales y los acompañan en sus constantes conciertos y presentaciones.
Entre los instrumentos ejecutados y los músicos que la componen Daniela Sánchez que ejecuta la viola, el contrabajo de Rafael Schwarzacher, los cellos por Miguel García, Hernaldo Cruz, Celene Sánchez y Gretchen Cuadra; las flautas por Jacinto Cruz e Ivette Ruiz, el oboe por Greta Tom, los clarinetes por Denis Gutiérrez y Jonathan Meza. También la trompeta por Jakob Marx, el corno por Jimy Aguilar, los timbales por Jorge Rivas y los violines por Horacio Guerra, Samantha Mairena, Róger Hernández, Gabriel Solís, Suriel Bermúdez, Marvin Amador, Christian Marín, Carolina Morales, Naren Castellón, Nahum Nicaragua, Verónika Körösi, Emil Dupont, Ernesto Borje y Franklin García.
Después de muchos ensayos, trabajo de organización y de estudio de amplias selecciones y antologías de sinfonías y obras clásicas, por fin la orquesta debutó en enero del año 2006 en un concierto que se hizo en conmemoración al aniversario de los 250 años del nacimiento de Mozart, y que se presentó en dos ocasiones, una en el Salón Azul del Palacio de la Cultura y la otra en la sede de la Fundación Casa de los Tres Mundos en Granada.
Esta es la historia de un esfuerzo y de una gran pasión mutua entre la directora Irma Koch y los músicos, porque no cuentan con financiamientos fijos sino con donaciones para contribuir al mantenimiento y unidad del grupo. Ensayan cada domingo en la casa de la compositora y viajan la mayoría de ellos desde Tipitapa, Granada, Ciudad Sandino, Masaya y muchos barrios de Managua en medios de transporte colectivo cargando los estuches de sus instrumentos, muchos pesados o demasiado llamativos para el peligro de las calles. Cada instrumento ha sido comprado por ellos mismos con ahorros, financiamientos o de otras maneras. Sin embargo, los sacrificios han sido compensados no solamente por aplausos, felicitaciones y contribuciones económicas, también han recibido invitaciones a conciertos de mayor importancia ante públicos exclusivos y recibido becas para estudios profesionales y formales de música en Alemania, Colombia y Costa Rica, entre otros países. Cuando los becarios visitan Nicaragua se unen a la orquesta para acompañarla en sus presentaciones y mientras estos jóvenes crecen la profesora Koch forma incansablemente a los nuevos relevos con clases magistrales de arte y música en su casa en Managua y en la Escuela de Música de la Fundación Casa de los Tres Mundos en Granada.
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