Por Isidro Rodriguez Silva
El grupo U, rebelde y vanguardista
Boaco, la Ciudad de Dos Pisos, cruzada por la imponente cordillera de Amerrisque, no solo ha dado a nuestra cultura una poética original, sino la actividad teatral; un ejemplo es el paradigmático Grupo U, surgido en los años cincuenta, que simboliza, por su “U”, que estaba abierto.
Este grupo fue una expresión de rebeldía contra su época, un grupo multifacético, en cuanto hacía un teatro que protestaba y que traía consigo una poesía iconoclasta que incorporaba recitales antipoéticos, existencialistas, socialistas, por lo que algunos de sus integrantes fueron tildados de comunistas.
El grupo estaba compuesto por Armando Incer, Flavio Tijerino, Margarita López y la gran promotora teatral Ofelia Morales. Este grupo original, nacido en 1950, fue un colectivo renovador muy anterior a Ventana y a la llamada Generación Traicionada, que se dieron a conocer con proclamas y manifiestos vanguardistas, siguiendo la rebeldía de la Vanguardia de los años treinta.
“La gente siempre se ha preguntado —dijo una vez Álvaro Urtecho— cómo es posible que en la apacible y mansa ciudad de los cerros y de los dos pisos, como dicen, se haya podido desarrollar un movimiento intelectual que buscaba la modernización de la región, dando a conocer las producciones artísticas avanzadas de la época, revelando una actitud provocativa frente a la anquilosada cultura provinciana”.
Partiendo de las publicaciones de El teatro en Boaco: el TEB y el grupo U, de Jorge Eduardo Arellano, y del ensayo “La vida teatral de Boaco: apuntes y recuerdos”, de Margarita López, resumo la vida teatral de esta ciudad del centro de nuestro país y en cuya historia se registra la puesta en escena de Los Celos de Verneuil, donde participó la actriz argentina, establecida en Managua, Estrella Dobonet.
También remontándose a la historia del grupo se presentó una de las obras del poeta español Federico García Lorca, Rosita la soltera, el dos de agosto de 1958. Ese mismo año en el escenario apareció Antígona en el infierno, del nicaragüense Rolando Steiner, que se presentó en el Club Social de Boaco y cuyo precio era de un córdoba y cincuenta centavos.
Margarita López lo valoró como “el primer intento de hacer teatro de siluetas en Nicaragua. La escena se representa a oscuras: una manta blanca, que hace de pantalla, proyecta la silueta de los actores. Siluetas y voces son los elementos relevantes de la escena”.
El momento cumbre, valora Jorge Eduardo Arellano, es la interpretación de Las manos de Eurídice, de Peter Bloch, que en 1965 ejecutó Armando Incer. El teatro de Boaco (TEB), dirigido por Ofelia Morales, presentó No salgas de noche, una comedia de Carlos Olivari y Sixto Pondal, dirigida en 1963 por Adán Castillo. Le siguió Puebla de Mujeres, de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, dirigida por Juan Carlos Medina en 1964.
ADINJA: UNA NUEVA EXPRESIÓN
ADINJA es un grupo de teatro muy joven, integrado por jóvenes rurales de comunidades de Boaco y Camoapa, dedicados, en su tiempo libre, a la creación danzaria y teatral, con el fin de promover procesos de reflexión y análisis sobre la problemática como jóvenes.
Surgieron hace tres años como promotores de teatro y en diciembre del 2007 se constituyeron, por iniciativa propia, como organización juvenil ADINJA, después de haber sido parte de diversos organismos locales, en los que de manera individual habían sido colaboradores y beneficiarios de programas sociales y culturales. Dirigidos por Héctor González y Gerardo Molinares, tienen como sede las ciudades de Boaco y Camoapa.
En su trabajo teatral cuentan con un amplio repertorio: El tesoro del Nancital, su primera obra teatral, que trata la exclusión y marginalidad en que viven los jóvenes en el campo, obra con la que empezaron en el año 2007 y que presentaron en Boaco, Managua, Kukra Hill, Camoapa y León.
El Paraíso Perdido, en conjunto con la Compañía Teatral Campesina Tecum Umanii y el Grupo Teatral Quiguina, de la Universidad Nacional Agraria (UNA), en el 2008. Ese mismo año se presentaron en la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío. Esta obra, que trata sobre el cambio climático, también la han presentado en varios departamentos del país, con muchas presentaciones en cooperativas de Jinotega.
Funerales en el Porvenir aborda la problemática de falta de empoderamiento de socios y socias en las cooperativas, montada con enfoque de género y relevo generacional, abordando además la pérdida de valores en el campesinado. Funerales en el Porvenir se ha presentado 65 veces en 17 municipios de los departamentos de Matagalpa, Managua, Jinotega, Estelí, Ocotal, Carazo, Rivas y Boaco, para 149 comunidades rurales, logrando llegar a 7,200 personas, la mayoría socios y socias de cooperativas. La obra también fue presentada en varias giras en Honduras, El Salvador y Guatemala.
Esto ha representado un gran aprendizaje para los actores y las actrices sobre la realidad rural, el cooperativismo, la situación de las mujeres y jóvenes en las cooperativas, los problemas del sector cooperativo, el aprendizaje de valores y principios cooperativos. El teatro, con su poder y fuerza, y combinado con otras metodologías de educación popular, puede contribuir a transformar la conciencia del espectador.