Poesía de Ricardo Castrorrivas
DE LA LOCURA AZUL
Canciones llegaban desde lejos cuando mordí tus muslos
la vellosidad del durazno.
Y bebí en tus senos como un hijo malo.
Y besé tu boca y tus dientes de tigresa.
Y sorbí la bella muerte de tu copa.
Qué de nocturnidad y qué de delirio
cuando descendí campana.
Espejo mil astillas.
Sobre ti soy golpe de hacha. Soy suicidio.
Hijo malo. Vagabundo sin memoria.
Mujer para siempre y desde siempre mía.
Hoy vivo en tus ojos.
Allí resido desafiante con la locura azul de mis quince años.
LAS CONCHAS NEGRAS
Concha negra sensual.
Cuando profano
el misterio
de tu cajita negra,
mi apetito de sátiro se alegra,
fáunicamente,
con tu sexo indiano.
En cópula ritual de amor pagano,
tu cuerpo de ostra india,
pelinegra,
suavemente
en mi boca desintegra
su temblor virginal y cortesano.
Impúdica te das,
como bacante,-imitándole a Eva su venero-en ofrenda de amor
incomparable.
Y mientras te devoro copulante,
el pobre pescador
en el estero,
se muere de miseria,
miserable.
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