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Con el grupo de Palacagüina.(1990 Victoria, España).

Raúl Martínez: flautista rebelde

Raúl Martínez fue el primer arreglista nicaragüense que logró ser enviado al Festival OTI de la Canción en 1985, y ubicarnos a la altura de los directores de orquestas que participaron en ese evento internacional en Sevilla, España, su arreglo acompañó a María Eugenia Urroz, que interpretó la canción Carta de amor para este tiempo del cantautor Carlos Montenegro.

Arnulfo Agüero

Raúl Martínez fue el primer arreglista nicaragüense que logró ser enviado al Festival OTI de la Canción en 1985, y ubicarnos a la altura de los directores de orquestas que participaron en ese evento internacional en Sevilla, España, su arreglo acompañó a María Eugenia Urroz, que interpretó la canción Carta de amor para este tiempo del cantautor Carlos Montenegro.

Esto significó romper las barreras de la burocracia de los funcionarios del Sistema Sandinista de Televisión que veía a los músicos incapaces de representarlos en el exterior; para entonces el talentoso joven, con estudios de flauta y arreglos, Raúl Orlando Martínez Salas nacido en 1958, en Managua, frisaba los 26 años.

Sobre este histórico episodio de su vida, Martínez rememora que un día de ese año glorioso que fue a la OTI, José Adán Nicoya, del Sistema Sandinista de Televisión, lo llamó para que fuese el arreglista de la canción Carta de amor para este tiempo, interpretada por María Eugenia Urroz, y ganadora del Festival de la Canción Romántica Rafael Gastón Pérez, de 1985.

Esto le valió ser merecedor de un trofeo como el mejor arreglo, pero luego vino la batalla contra la costumbre que tenían los funcionarios del canal de enviar los arreglos a otros músicos del exterior, tal como había pasado con prestigiosos músicos como Tránsito Gutiérrez y Randall Watson, que no pudieron saltar o rebelarse contra la muralla del menosprecio.

“Peleé, hice escándalo; unos estaban a favor otros en contra; pero fui, y no tuve que pasar vergüenza; tampoco tuve que andar corrigiendo las notas que salieron bien. A partir de ahí nunca más se volvió a dudar que un nica podía representar dignamente a nuestro país”, expresa satisfecho de su hazaña que marcó un hito en la historia de la música.

En los siguientes festivales OTI de la Canción fueron enviados los músicos Andrés Sánchez y Nelson Gutiérrez, entre otros, dejando la puerta abierta, la burocracia derribada, y el talento reconocido. Valga resaltar que una buena parte de estos músicos, del cual es parte Raúl, son ahora reconocidos como una especie de “consagrados de la música clásica contemporánea nicaragüense”.

Ocho años después regresa como arreglista de la canción Cuando tengo tu amor, del autor Holdin Sandino, y que cantara el actual diputado Wálmaro Gutiérrez, en el Festival OTI de la Canción, de 1993 en Valencia.

De este acto y otros y talento a prueba, me confesó, que en parte se lo debe al sacerdote y educador español José María Sacedón, “Chema”, quien fue su profesor de literatura, en el colegio Calasanz de Managua, quien le enseñó disciplina, investigación, libertad de expresión y creación, caracteres que le han servido en su formación de ser humano y músico.

Sus inicios con el Bolero de Ravel

Una de sus primeras presentaciones que tocó con la flauta dulce de manera empírica y de oído fue el Primer movimiento andante de la sonata en si menor, de Joan Sebastian Bach, le acompañó en ese entonces el pianista Ruddy Espinoza, durante una Peña Artística de la Asociación Amigos del Arte, en el bar Sorrento de la Managua de 1978.

Pero de las piezas que recuerda con pasión de esos años mozos, fue el Bolero de Ravel (del compositor francés Maurice Ravel, estrenada en la Ópera Garnier de Paris, en 1928), porque desde niño su tío Ceferino Salas le hacía escuchar música clásica, le dio las primeras clases de solfeo, pero nunca pensó en llegar a ser un músico porque creía que eso era un terreno vedado solo para los grandes artistas, o estrellas predestinadas.

Abandonó su estudio de ingeniería civil e ingresó al conservatorio de la música, su familia se opuso porque creía que si se hacía músico se iba a convertir en un vago, drogadicto y borracho. Ese era el estigma que se tenía de los músicos para esos años; pero Raúl decidió demostrar lo contrario y comenzó su preparación.

Sus maestros de flauta y arreglos

Durante los años ochenta recibió clases con la norteamericana Jeanne Cutting, siendo esta realmente su primera profesora de flauta, también recuerda con gran respeto y aprecio a su “siempre maestra Joan Parajón”, de quien asegura sigue aprendiendo.

Es becado por la OEA y viaja a Costa Rica a prepararse en el Centro Interamericano de Estudios Instrumentales, conocido como la Sinfónica Juvenil. Ahí recibe instrucción de los maestros, el uruguayo Jorge Francis y el costarricense Carlos Castillo.

Del profesor Francis, (quien tocó con ese gran músico Daniel Viglietti y Mercedes Soza), destaca que además de la música clásica, le gustaba la música popular, esta experiencia aprendida le ha servido para llegar a revalorizar la música popular nicaragüense y destacarse también en música clásica.

Antes de pasar los cuatro años becado en Costa Rica, el arreglista argentino Adrián Goizueta lo contrató para el grupo Experimental. Regresan a Managua y participa en el Festival Abril Managua, en 1983, viaja en gira a otros países.

David Vayo, un norteamericano, fue otro de los profesores del cual recibió cursos de composición y análisis de partitura, parte de sus enseñanzas también abordaba la música contemporánea. De él conserva las correspondencias, las que valora a tal grado al decir que es la “única correspondencia de un ser humano que conserva”.

De gira con Mancotal

En Costa Rica logró dar clases durante un año, después retornó a Nicaragua. Recién instalada la revolución se une a Luis Enrique Mejía Godoy y al grupo Mancotal llegando a ser parte de esta agrupación de música popular y testimonial, con este grupo realizó giras por Europa hasta que se desintegró y cada quien buscó su camino.

Para estos años también llegó a ser parte de la Orquesta Nacional, en ese entonces era director el “sabio de la música”, a como aún le llaman, al maestro Pablo Buitrago.

A Carlos Mejía lo conoció antes del triunfo revolucionario, durante una presentación de las Campesinas de El Cuá, en un programa de Radio Corporación. A partir de los años noventa llega a ser parte del grupo de Los Palacagüina, con quien pasó 15 largos años.

Con ellos pasó en gira por cuatro años en España, donde permaneció el mayor tiempo debido a los contratos. En ocasiones hicieron gira a Holanda, Alemania, Estados Unidos y dos veces al Japón.

La Camerata Bach y el arreglista

Cuando el músico oboista Ramón Rodríguez regresa de sus estudios en Alemania, le acompaña, y fundan la Camerata Bach. Al inicio chocaban los horarios porque se mantenía todavía con el grupo de Carlos Mejía Godoy. Hasta que decide en el 2006 salirse definitivamente de ellos, quedándose con la Camerata Bach.

No obstante, de vez en cuando hace arreglos para Carlos, y es invitado a tocar. Por ejemplo está trabajando en una composición basada en la pieza del Caballito chontaleño y la Mama Ramona , dos sones de toros. Estos formarán parte del Oratorio al son chontaleño que Mejía está preparando sobre el poemario Letanías a Catarrán, del poeta Guillermo Rothschuh Tablada.

El arreglo musical a La marcha triunfal la realizó a petición de la teatrista Socorro Bonilla Castellón, en 1995, conmemorando el centenario de este poema de Rubén Darío; con la misma Socorrito realizó pequeños arreglitos para las obras infantiles que ponían en escena.

Otro arreglo de música nicaragüense muy bien aceptado por el público es el de La danza negra , que actualmente el programa Buenos días del Canal 12 de televisión lo está usando de fondo musical.

Pero uno de los arreglos que más le ha producido satisfacción artística y personal es el que compuso para el tema El Güegüense . Varios arreglistas han sacado sus propias composiciones, pero Martínez afirma que su entusiasmo por esta pieza le sigue llenando como músico.

Ha trabajado con Ofilio Picón un excelente cantautor. Con él hizo los arreglos del CD Mujeres con guitarra , que reúne una selección de varias generaciones de poetas destacadas de la literatura nicaragüense, entre ellas Claribel Alegría, Gioconda Belli, Blanca Castellón y Marta Leonor González, entre otras.

Los momentos con grandes músicos

Recuerda una vez en Nueva York, cuando tocaba con Luis Enrique en Mancotal, llegó el astro de la música norteamericana Jefferson Airplane, esposo de Grace Slick, que formó el grupo Jefferson Starship, y los invitó a tocar en una discoteca.

Otra de estas experiencias fue en Festival de la Guitarra, en Córdoba, España, compartiendo con el guitarrista cubano Leo Brouwer. Otra de las personas que siempre recuerda con admiración y alegría es la cantante Mercedes Sosa con ella y el grupo Mancotal cantaron en una plaza de la Plata, en Argentina.

Esta es parte de la memoria de este notable músico que forma parte de ese clan selecto de flautistas nicaragüenses, Donald Chamorro, Edmundo González, César Bermúdez, Juan Guido y Adolfo Guido.

Para fin de este año, Raúl Martínez junto a su amigo el guitarrista Andrés Sánchez están preparando La gran sonata en La Mayor, para flauta y guitarra, del compositor italiano del siglo XIX, Mauro Julianni.

La Prensa Literaria

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