Por Arnulfo Agüero
La celebrada hazaña había sido realizada: era la primera vez en la historia que la música folclórica nicaragüense lograba posicionarse entre 68 países y llevarse el Primer Lugar en la modalidad de marimba doble, mesoamericana, le acompañaron sus dos hijos, Ana, Otoniel y dos músicos más en la percusión.
Este martes pasado, mientras una parte de la población se dirigía a celebrar a la plaza el carnavalesco aniversario del 19 de julio, el popular marimbero fallecía al despuntar la mañana. Unos meses antes había confesado a sus hijos y amigos Elizabeth Galo y Carlos Mejía Godoy, que su funeral fuese una alegre despedida al ritmo de marimbas de arco y marimbas dobles.
Cumpliendo este último deseo, durante la vela en la funeraria Reñazco, alumnos de la Escuela Flavio Galo, la rondalla del Son de mi Tierra, el grupo de marimberos de la escuela Camilo Zapata, dieron un merecido y alegre musical al son de marimbas y guitarras, ejecutando su piezas como La sonrisa, La culebrita, El jarabe chichón, El gigante, Tico tico, Manisero , entre otros.
De igual manera el cantautor y su amigo Carlos Mejía Godoy acompañado de tres integrantes del grupo Palacagüina, asistieron y ejecutaron a su memoria un parte de la Misa Campesina, la que en el pasado tocaron juntos; le siguió Nicaragüita Nicaragüita, y el alegre son regionalista de El burro .
Al final entregó a la esposa del marimbero, Myriam Wong, la letra de la canción inédita Alfonso Flores Tun Tun , comprometiéndose a ponerle música como homenaje por su talento, sencillez, magisterio y dignidad. También se sumó Carlos Luis Mejía, integrante de la Cuneta Son Machín, quien aprendió de este maestro el arte de la marimba.
Y el jueves el Instituto Nicaragüense de Cultura recibió los restos en el lobby del Teatro Nacional Rubén Darío; artistas hicieron guardia de honor y músicos de la Rondalla Nicaragua Mía, y la Escuela Flavio Galo, interpretaron tres piezas que creó, El Trago, Cosquillas y Sonrisas . En este homenaje, el director de la Camerata Bach, Ramón Rodríguez, elogió a este maestro como un “virtuoso” que llevó el arte de la marimba a un nivel superior.
LA COCALECA, TOCADA A LOS CINCO AÑOS
Nacido en Monimbó, Masaya, el 2 de octubre de 1942, hijo de don Tomás Flores y Juana Calero, a los cinco años con una marimbita que le regaló su madre “tocó” en un diciembre la alegre pieza tamborilera La Cocaleca, la que hoy es parte de su recreaciones musicales, recuerda su hijo Otoniel Flores Wong.
Dos años después, se lanza a las fiestas patronales de Santo Domingo haciendo su primer “toque” en el Puente de León a la pasada del relicario. Entonces estaba naciendo musicalmente este mito de la marimba doble.
Luego fijándose en los viejos marimberos, comenzó a fabricar su propia marimba de arco, después incorporó la de doble teclado, con ella fue hilvanando su legado musical patentado como el “ritmo de Tun Tun”, recreando las piezas con toque fiestero y movido, también logró incursionar en la percusión, batería, conga, bongó y la guitarra, y crear tres piezas de su propia inspiración.
Su hijo, Otoniel, también recuerda que el amor de la vida de su padre fue Myriam Wong, una joven de facciones chinitas que conoció en una bailadera al son de marimbas, esto fue antes del terremoto de 1972. De esta relación de amor eterno, procrearon seis hijos, dos de ellos, Ana y Otoniel, marimberos que siguen el ritmo “Tun Tun”.
DIRECTOR MUSICAL
En sus años mozos compartió su arte con la zapatería. Pero fue atrapado por la pasión de tocar la marimba llevando este ritmo a bares, restaurantes y fiestas patronales, hasta que conoció a Carlos Mejía y fue rescatado por el músico Flavio Galo (1958-1994), entonces su historia tomaría otro rumbo:
“Si yo me hago digno de tocar a tu lado, le decía Flavio, voy a crear una escuela de marimba, y vas a ser mi director”. A “Tun Tun”, se le humedecieron los ojos y contestó: “Jodido, por fin llegó la hora que mi modesto trabajo de marimba sea reconocido”.
Era como su primer homenaje relata Mejía Godoy, pero trágicamente Flavio Galo muere en 1994, quedando este sueño truncado, pero que levantaría su hermana Elizabeth Galo, cuando invita a “Tun Tun” a continuar en la lucha, a la que también se unió Denis Bolaños.
Este comienza dos años después, con tan solo dos marimbas se inician las clases en la Casa Comunal de la Nicarao, y se inscribieron 12 niños, la mayoría mujercitas. Hoy en día cuenta con más de 200 alumnos, y 24 marimbas, en su nuevo local el Hogar Zacarías Guerra, con quienes están aliados.
De la Escuela Flavio Galo, surgió una nueva camada de marimberos y con la dirección musical del maestro “Tun Tun”, se grabaron cinco discos: Nuestro piano de madera , Pura marimba , Navidad al son de marimbas No 1, No 2 , y Los marimbitas ; además como solista grabó, Al ritmo de Tun Tun, Sones y barreras, todos producidos por la disquera Mántica Waid.
Creó tres piezas para marimba, El trago , Sonrisas y Cosquillas , las demás son interpretaciones que les daba su particular arreglo musical. También fue invitado, como marimbero en las producciones de discos en Long Play, junto a músicos reconocidos como don Camilo Zapata, Carlos Mejía Godoy, Otto de la Rocha, Trío Los Emperadores y el Trío Xolotlán, entre otros.
ESCUELA NUEVO SEMILLERO
“A ‘Tun Tun’ lo conocí en 1996, nos dice la joven doctora Dennise Bolaños, de él aprendí tocar La mora limpia, pieza magistral de Justo Santos, pero con arreglo de marimba”. Ahora junto a su padre el músico Denis Bolaños, han creado la Escuela de Marimba Camilo Zapata, ubicada en la Casa Comunal la Nicarao.
Desde entonces tienen seis años de existencia, recuerda y cuentan con 30 alumnos. Esta escuela reconoce el legado de “Tun Tun”, por ser uno de los iniciadores y maestro musical de esta trayectoria, visto por ellos como “un hito de la historia de la marimba en Nicaragua”.
Están organizando un concierto para los niños internados en el hospital Japón de Granada, este será en homenaje al maestro, y participarán músicos que tocan la guitarra, el piano y la pandereta.
LOS ARREGLOS “TUNTUNESCOS”, OTROS DE SUS LEGADOS
“Nosotros decimos los arreglos musicales tuntunescos”, resalta Elizabeth, al valorar musicalmente su legado artístico, el que compartió con sus alumnos, amigos y músicos.
De formación autodidacta, “Tun Tun” enseñaba a su manera, de oído, de señas, y con el corazón festivo, dejando una generación de alumnos que se han convertido en “marimberos tuntunescos”, con un repertorio de ritmos afrocaribeños, latinoamericanos y tradicionales.
Pero estos jóvenes instructores, si bien han asimilado este ritmo, sus estudios se están ampliando al dominio de la marimba de arco y del solfeo, recibiendo teorías y clases con instructores cubanos y nicaragüenses.
Para el músico Pedro Muñoz, de la Rondalla Sones de mi Tierra, conoció a este gran maestro de la marimba en las fiestas de Santo Domingo, hablaron y lo invitó para que dieran clase de marimba de arco a los instructores de la Escuela Flavio Galo. Asimismo aprendió de él su técnica y son de la de marimba de doble teclado.
Esta marimba —destaca Mejía Godoy—, es la nombrada marimba mesoamericana, porque la encontrás en Chiapas y Guatemala, pasando por Nicaragua y Nicoya en Costa Rica. Es decir, “Tun Tun” dio carta de ciudadanía “al reivindicar en Nicaragua la marimba de doble teclado, que nosotros también llamamos el piano de madera”.
Y el contagioso ritmo que le imprimió “Tun Tun”, con entusiasmo y frenesí, es una herencia que no se apaga con su muerte sino que continúa con nuevos bríos en los jóvenes, dice Carlos quien funge como miembro de honor de la directiva de la Escuela Flavio Galo. “Yo le llamo a estos muchachos un orfeón de cenzontles y güises que van por todo el país derramando la música de Nicaragua”.
Él sacrificaba cualquier cosa por la calidad, en otras palabras anteponía el “cover” (la versión comercial), cuando realizaba sus recreaciones. Para evitar la brusquedad él utilizaba un “puente”, que es un recurso armónico para pasar de una nota a otra de una manera casi imperceptible, aún para músicos experimentados.
Nunca fue el marimbero chambón, utilitario, sino que tenía una notable personalidad, era creativo y tenía vocación de enseñanza. Estas cualidades le llevaron a ser el gran arreglista de marimba, maestro forjador de toda una nueva generación, y ganar premios nacionales internacionales. “Este maestro viene de esa notable cepa de marimberos como don Trinidad Dávila, indio monimboseño que también dejó una trayectoria de gloria y tradición”.
SUS GRANDES MOMENTOS
En el 2003 viaja a México, le acompañan sus hijos, Ana y Otoniel, y los músicos invitados percusionistas, Armando y Guerrero, ganan el Primer Lugar a nivel mundial, en el III Festival Internacional de Marimba, realizado en Chiapas, donde participaron 68 países.
En 2009, el Gobierno de Nicaragua le otorga la Orden Independencia Cultural Rubén Darío como un reconocimiento a su invaluable aporte a la cultura popular. En 1998, el maestro recibe la Orden de la Excelencia Artística entregada por el Instituto Nicaragüense de Cultura.
Su arte de la marimba de teclado doble, lo llevó a países como Austria, Italia, Japón, Holanda, Canadá, Estados Unidos, México entre otros representando a Nicaragua con la más alta dignidad del arte popular de la marimba mesoamericana, pero al estilo “tun tun”.
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