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 Las cenizas del escritor cubano Eliseo Alberto serán trasladas a Cuba en los próximos días como uno de sus últimos deseos. LA PRENSA/EFE

La Cuba de Eliseo Alberto

Eliseo Alberto fue uno de los escritores cubanos que cantó la tristeza de una generación de cubanos que nació y creció con las promesas de una Revolución y se perdió tras el fracaso de ese sueño, dijo a Efe el analista y experto en temas cubanos Gilberto Calderón.

Por Julián Rodríguez Marín

Eliseo Alberto fue uno de los escritores cubanos que cantó la tristeza de una generación de cubanos que nació y creció con las promesas de una Revolución y se perdió tras el fracaso de ese sueño, dijo a Efe el analista y experto en temas cubanos Gilberto Calderón.

“Eliseo Alberto es el novelista que reflejó con una enorme tristeza todas las tragedias de una generación de cubanos que se perdió dentro y fuera de Cuba”, indicó el especialista tras expresar su pesar por la muerte del escritor.

El escritor de origen cubano y nacionalizado mexicano murió en Ciudad de México a consecuencia de complicaciones de un trasplante de riñón que se le practicó el 18 de julio.

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) lamentó el fallecimiento de Eliseo Alberto y aseguró que “fue un hombre que buscó a través de las palabras el camino de la libertad.”

Calderón recordó que “Lichi”, como era conocido por sus amigos, fue hijo del poeta Eliseo Diego, uno de los más intelectuales cubanos del grupo de Orígenes, revista que se publicó en la década de los cincuenta y que encabezaba José Lezama Lima, uno de los grandes escritores cubanos que revolucionaron las letras de su país.

ENTRE EL PERIODISMO Y LA DOCENCIA

El analista recordó que el escritor desempeñó su oficio en diversas formas: en el periodismo, en la docencia e incluso en la creación de guiones cinematográficos; pero insistió que lo más destacado fueron sus novelas, por las que obtuvo importantes reconocimientos, entre estos el Premio Internacional Alfaguara de Novela en 1998.

Recordó también que en Cuba fue galardonado por el Premio Nacional de la Crítica por La fogata roja, y en 1993 recibió el Premio Gabino Palma por el libro Informe contra mi mismo , texto en el que narra cómo la seguridad del Estado cubano le pidió que hiciera un informe contra su propia familia.

 Además de novelista  y de la obra que lo dio a conocer, Caracol Beach, publicó tres poemarios en Cuba.
LA PRENSA/ARCHIVO.

Sobre este último texto, Calderón afirmó que fue un texto que surgió a partir de que el régimen le pidió informar sobre las actividades de su padre, Eliseo Diego, después de los acercamientos con la comunidad cubana de Miami en 1978 como resultado de la flexibilización promovida por el gobierno de Jimmy Carter.

“Hay una apertura, se deja de llamar gusanos a los cubanos de Miami, comienzan los viajes… hay un reencuentro de familias… pero el Gobierno teme que con estas visitas se les cuelen los grupos anticubanos”, explicó.

Por este motivo la Seguridad cubana dio instrucciones a los jóvenes para que reportaran todo lo que pasaba con las visitas, y a Eliseo Alberto le pidieron que informara sobre los encuentros que sostenía su padre con todos sus visitantes.

EN SUS NOVELAS SU VIDA Y TRAGEDIAS

Calderón recordó que Eliseo Diego vivía en una casa campestre en las afueras de la Habana y hacia allá iba permanentemente una procesión de jóvenes para escuchar a uno de sus maestros en las tertulias literarias, a las cuales se les incorporaron muchos visitantes de Miami.

El libro que fue escrito en esos años, muestra la vida de sus amigos, su familia, las tragedias personales, cómo sobrevive la gente en un país que les ofreció una nueva sociedad y la creación de un hombre nuevo.

Emigró de Cuba en 1990 a México  y se nacionalizó mexicano en el año 2000.
LA PRENSA/ARCHIVO.

“Lichi escribe sobre las intrigas entre cubanos, es un retrato de tragedias cotidianas en La Habana, es una denuncia de las miserias e la vida, relatos y anécdotas horribles que viven los cubanos”, recuerda Calderón.

El experto recordó también otras novelas que muestran una imagen de tristeza de los cubanos en La Habana, en Miami, en México, en Caracas, en Buenos Aires.

Calderón recordó que Eliseo Alberto era un apasionado del ajedrez y afirmó que se inscribía en numerosos torneos para ejercitar esta afición.


La Prensa Literaria

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