En las columnas anteriores les escribí sobre las hierbas albahaca, tomillo y orégano, las cuales son muy saludables y tienen múltiples usos culinarios. Es fácil cultivarlas en su jardín y las ventajas son muchas, especialmente porque las hierbas frescas tienen más sabor gracias a los aceites esenciales, más vitaminas y antioxidantes.
Se pueden preservar aquellas hierbas que se cultivan y hoy les escribo sobre la preservación de hierbas frescas.
Se debe cosechar las hojas justo antes de la floración, cuando la concentración de los aceites esenciales es alta. Se cosecha las flores cuando están recién empezando a abrir y las semillas cuando están maduras. Hay que poner las hojas en una sola capa sobre un cedazo y tapar con papel periódico.
Para secar las semillas (como de eneldo, hinojo, cilantro) se agarran los tallos con semillas y se colocan, flores abajo, en un área con ventilación pero sin sol, sobre una caja o papel para coger las semillas que puedan caer.
Algunas hierbas pierden su sabor cuando se secan, como albahaca, hierba buena, hinojo, eneldo, perejil y estragón. Para preservar dichas hierbas, se recomienda congelar las hojas en bolsas especiales.
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