Auxiliadora Rosales
No existe pastilla, ni vacuna que evite el cáncer de seno en una mujer. La principal arma en esta lucha sigue siendo la detección temprana a través del autoexamen. Sin embargo, la práctica demuestra que las mujeres no están explorando su cuerpo.
El blanco sensible de esta enfermedad es el 50 por ciento de la población nacional compuesta por mujeres jóvenes involucradas en el quehacer económico del país.
“Se conoce que un 60 por ciento de los casos de cáncer de seno que llegan al sistema público de salud, como el Hospital Bertha Calderón y el Centro Nacional de Radioterapia, presentan un estadio avanzado (III y IV últimas etapas de la enfermedad)”, refiere el doctor Gonzalo Granados, ginecólogo y mastólogo, presidente de la Asociación de Mastología de Nicaragua.
El doctor Granados afirma que la Encuesta Nicaragüense de Demografía y Salud (Endesa 2007), refleja que de una muestra de 17 mil mujeres, el 54 por ciento de ellas dijo que conocían del autoexamen de mama, pero en su mayoría no lo practican.
“El problema radica en que las mujeres no se practican el autoexamen y por eso llegan al médico con un cáncer muy avanzado, cuando hay pocas alternativas. El otro factor que incide es que los mamógrafos son poco accesibles”.
Para el doctor Granados, el tema de cáncer de mama tiene que ver mucho con la falta de sensibilidad frente a la enfermedad, porque también existen muchas profesionales que manejan la información, tienen acceso a los recursos, pero tampoco los usan, por el simple hecho de que creen que no pueden ser sorprendidas por la enfermedad.
“Hace falta sensibilizar más a la mujer, a su pareja y a toda la familia. Ellas tienen que darse cuenta que solo sanas estarán más tiempo con sus seres queridos, pero una mujer diagnosticada en etapa tardía es una paciente que va a dejar a su familia pronto y se vuelve una catástrofe familiar y social”.
A diario, más de una mujer es diagnosticada con cáncer de seno en Nicaragua. Se reportan unos 500 nuevos casos de esta enfermedad por año, convirtiéndose en la segunda causa de muerte en la mujer después del cáncer cérvico uterino.
“De los 500 casos por año, la Fundación Ortiz Gurdián se plantea atender cien casos nuevos por año”, afirma el doctor Roberto Ortega Plath, gineco-oncólogo de la fundación.
El doctor Ortega Plath coincide con su colega Granados en cuanto a que una gran mayoría de las mujeres no se practica el autoexamen. “La fundación no cesa de transmitir el mensaje de la importancia de realizarse el autoexamen para lograr una detección temprana”, exhorta el doctor Ortega Plath.
La fundación cuenta con tres pilares fundamentales: el trabajo que realizan las voluntarias desde su comunidad, las visitas que hacen en las empresas donde reúnen a un buen grupo de mujeres para darles información y el trabajo de comunicación que se hace a través de los medios, principalmente las radios, con las que tienen campañas.
“Nuestra lucha es diagnosticar a las pacientes en etapas más tempranas para poder controlar la enfermedad por mayor tiempo”, comenta el ginecólogo de la Fundación Ortiz Gurdián.
El doctor Ortega Plath revela que el comportamiento del cáncer de seno se presenta cada vez más en mujeres mucho más jóvenes.
“Se presenta en mujeres menores de 35 años y dado el rango de edad y la carga hormonal que es más alta, el cáncer es más agresivo que en mujeres mayores”.
Para el doctor Ortega Plath, aunque las cifras no disminuyen, lo importante es detectar la enfermedad en estadios tempranos. “No importa que detectemos más casos, lo importante es diagnosticar en etapas tempranas para obtener una menor mortalidad”.
El cáncer de seno es la suma de diversos factores de riesgos que por sus características pueden ser modificables y no modificables.
“Las mujeres deben cambiar todos los factores de riesgos que puedan para no ser diagnosticadas con cáncer de seno, así no puedan cambiar el hecho de ser mujer y de tener antecedentes familiares con cáncer”, explica el doctor Ortega.
Se pueden cambiar factores de riesgos, tales como: fumar, ingerir alcohol, estar en sobrepeso, alimentarse inadecuadamente y evitar los preservantes que son elementos oxidantes que afectan el organismo. Lo recomendable es evitar el estrés, hacer ejercicios y dormir por lo menos ocho horas diarias.
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