Ana Salgado
Terapeuta sexual y de parejas
En este mundo moderno, donde todos exigen nuestro tiempo y atención, a veces nos perdemos y empezamos a priorizar otras cosas, descuidando a la pareja, como por ejemplo: Padres: así como ellos vivieron su vida y tomaron sus decisiones, así también es momento que nosotros como hijos construyamos nuestro propio destino, familia, relación y vida. Lo hijos: La pareja es siempre el pilar que sostiene la familia.
Si el pilar no está sólido, eventualmente la familia se caerá. Por tal razón, la pareja debe ser siempre la prioridad. El trabajo: Ser un trabajador incansable e imparable es una “virtud” de nuestro tiempo que muchas veces nos hace ser negligentes con nuestra relación.
Es muy peligroso porque es difícil reclamar tiempo ante él “pero si yo estoy trabajando” y como es una justificación válida, tendemos a perdernos en el trabajo. Pero como con todo, hay que darle su espacio y su justa medida.
Lograr desconectarnos del correo electrónico, limitar los momentos y lugares donde voy a contestar el teléfono y no permitir que las pláticas de trabajo sean las únicas que tengamos es vital para mantenerla saludable. Hay que darle a cada espacio, persona y aspecto de nuestra vida su justa medida, dimensionar su importancia y dependiendo de eso darle su tiempo y lugar.
Si mi pareja es mi prioridad número uno, hay más probabilidades de que mi pareja sea la persona que esté a mi lado al final de mis días. Si es eso lo que queremos, una pareja “hasta que la muerte nos separe”, no nos será tan difícil mantenernos enfocados.
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