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Maribel Gutiérrez

Con una tímida sonrisa que acompaña su rostro ruborizado, Maribel Gutiérrez confiesa que ella hizo todo al revés. Sí, porque por tradición siempre se sugiere priorizar los estudios y solo hasta después pensar en el matrimonio.

Fátima Arellano

 

 

Con una tímida sonrisa que acompaña su rostro ruborizado, Maribel Gutiérrez confiesa que ella hizo todo al revés. Sí, porque por tradición siempre se sugiere priorizar los estudios y solo hasta después pensar en el matrimonio.

Pero ella no se arrepiente. Siendo muy joven contrajo nupcias con Jorge Canda, quien en ese momento fungía como embajador, y a quien describe como su compañero de vida por ser su amigo, confidente y aliado. Su único hijo, Víctor Hugo, ya había nacido cuando ella cursaba sus estudios de Sociología. Se graduó casi de 30 años. Nada detuvo sus sueños. Maribel comparte que en cada persona está escribir su plan de vida y así lo hizo. Por eso, todo lo que se ha propuesto lo ha logrado con mucho esfuerzo y sobre todo aplicando con todo el rigor que la ley exige.

Ella se define como una mujer alegre, optimista, organizada y también inquieta. Las diferentes inquietudes que ha sentido la han motivado a explorar nuevos y diversos espacios. Antes de aplicar para el PNUD trabajó por ocho años en la Embajada de Dinamarca. Ahí su desempeño y aprendizaje fueron exitosos, pero Maribel consideró que ya era el momento de experimentar nuevos retos.

Aplicó al cargo de coordinadora de gobernabilidad democrática. Cumplió con todos los requisitos y aunque confiesa que no poseía tanta experiencia para esa área, ella tenía lo principal: sed de aprendizaje constante.

“En septiembre cumpliré siete años de estar en el PNUD. Desde un inicio significó para mí un gran reto porque empecé en un momento y una coyuntura compleja, ya que estábamos a pocos meses de las elecciones presidenciales, pero me sirvió como excelente inducción a mi nuevo cargo, el cual me permite aprender todos los días. Es un reto profesional, pero pese a su complejidad, lo disfruto mucho”, expresa Maribel.

Uno de los principales logros que ella destaca ha sido precisamente cumplir con las expectativas que su cargo le demandaba, ya que confiesa que es una cartera muy compleja por ser de carácter mundial y que desde Nicaragua se vuelve aún más interesante.

“Trabajamos con una cartera de proyectos, sobre todo en el ámbito de la seguridad ciudadana y el parlamento nacional. Nada lo he hecho sola, eso es muy importante de destacar. Los resultados se deben a un trabajo histórico en equipo. Considero que los retos los he podido ir superando porque mi trabajo me llena de muchas satisfacciones”.

El amor: un arte

Maribel destaca que su familia es lo más valioso que tiene, por eso procura dedicarle tiempo de calidad. ¿Cómo lo logra? Finalizado su día laboral, regresa a casa y trata de no tener ningún tipo de distracción que la lleve de regreso al trabajo. Los fines de semana se esmera porque sean completamente de familia y un tiempo entre amistades. También considera fundamental tomar un período de vacaciones, ya que le permite descansar la mente.

“Tengo el privilegio de tomar vacaciones. Hay mujeres que si no trabajan todos los días no pueden llevar la comida y el sustento a la casa. Eso yo lo valoro muchísimo. Por eso, si puedo tomar un período de vacaciones lo hago para que la mente descanse. Es saludable para el mismo trabajo porque uno regresa renovado”.

Esta emprendedora mujer lleva 31 años de matrimonio y aunque no le gusta ponerlo muy romántico, dice que tiene la mejor de todas las relaciones, porque su esposo ha sido incondicional en cada uno de sus proyectos de vida.

En cuanto finalizó su carrera, por ejemplo, aplicó a su primera maestría en Holanda, donde estudió por año y medio Estudios del Desarrollo. Pero no se fue sola. Su esposo e hijo la acompañaron para darle apoyo y ser fuentes de motivación.

“Toda relación de pareja es un compromiso y llama a tener una actitud de mucha convivencia, de lealtad, de quererse mucho, pero tiene sus altos y bajos. El arte está en salir adelante, porque si todo fuera eternamente luna de miel sería muy sencillo. Creo que la amistad y solidaridad forman parte de una relación. Es trascender a eso y es lo que hemos logrado”.

Víctor Hugo ya tiene 24 años. Estudió Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Según nos comparte su orgullosa mamá, han inculcado en él la responsabilidad y el amor por el trabajo y el estudio.

“Él es un joven trabajador, no es nada ostentoso ni exigente. Actualmente está trabajando para la cancillería y sigue estudiando porque es lo que ha visto en nosotros. Yo le deseo lo mejor y admito que me siento feliz por los logros que ha obtenido”.

Tanto a nivel personal como laboral, Maribel afirma sentirse plena. Tiene todo lo que desea y está en el lugar indicado. Cada línea de su vida la ha sabido escribir.

“En estos momentos deseo seguir creciendo como persona y como profesional porque uno nunca termina de aprender. Dichosamente estoy en una organización donde estamos llamados a un aprendizaje constante. Quiero seguir aquí porque los retos son constantes y maravillosos y porque a uno lo empuja a seguir creciendo”, agrega.

Nosotras entrevista PNUD

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