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Modelo: Reyna Pérez Núñez, Miss International Nicaragua 2012. Vestuario: GyB Boutique. Peinado: Virginia Pérez. Maquillaje: Valeria Doña, ambas de Conceptos Hair Designer, Los Robles. Lugar de producción: Metrocentro y tienda G&B

¿Adictas a las compras?

“Mi armario estaba lleno de ‘no tengo nada que ponerme’, por eso empecé a comprarme ropa todas las quincenas, luego cada semana, hasta llegar a comprar una camisa o un par de jeans cada dos días”, relata Leonor, publicista de 29 años.

ELBA CRISTINA PARRALES

“Mi armario estaba lleno de ‘no tengo nada que ponerme’, por eso empecé a comprarme ropa todas las quincenas, luego cada semana, hasta llegar a comprar una camisa o un par de jeans cada dos días”, relata Leonor, publicista de 29 años.

La sensación que sentía al comprar era de libertad. Leonor comparte que la llenaba de satisfacción saber que todos los días tendría un vestido, una falda o una camisa que estrenar. Sus amigas la admiraban porque siempre andaba bien vestida, con zapatos nítidos y el cabello impecable; porque además de comprar excesivamente vestuario y accesorios, ella iba al salón de belleza todas las semanas.

“No me importaba gastar en mi apariencia, para mí era lo primordial, porque así como te ven, te tratan”, pensaba Leonor.

El ritmo de compras que tenía duró un año. Lo que compraba, lo pagaba con sus tarjetas de crédito. Poco a poco empezó a endeudarse con los bancos y también con algunas tiendas de ropa que le fiaban por ser clienta frecuente.

El estrés y la depresión no tardaron en aparecer. Leonor estaba en un círculo vicioso y le costó mucho salir. Afortunadamente, recibió ayuda psicológica y actualmente está aprendiendo a manejar sus finanzas sin gastar en vestuario o zapatos que no necesita.

COMPRAR POR PLACER

El consumo compulsivo afecta sobre todo a mujeres y jóvenes. Se trata de una patología que puede ocultar una depresión, ya que la persona en cuestión solo siente satisfacción cuando compra.

La psicóloga Ledia Gutiérrez explica que, debido a los problemas de conciencia, por el gasto indebido, es lógico que la persona que es adicta a comprar caiga en un estado depresivo.

“No poder ir de compras provoca una profunda tristeza y una gran ansiedad. Al igual que sucede con las drogas, la necesidad de consumir se hace mayor cada día”, afirma.

Es importante aclarar que no es malo ni perjudicial hacer compras cuando verdaderamente se necesita, sobre todo si será de mucha utilidad. Pero cuando se hace por placer y sin necesidad aparente, solo por tenerlo o por aparentar, entonces sí es nocivo.

La adicción, define la psicóloga, se vive como una necesidad frecuente e incontrolada y, en caso de no ser satisfecha, la persona debe luchar contra un estado general de irritabilidad y malestar.

“El gusto por comprar es una actividad que se ha extendido en esta sociedad, puramente consumista, pero se puede asegurar que no hay nada de malo en ello cuando se hace con medida, porque está bien ganar dinero y gastarlo en lo que cada quien desee”, dice Gutiérrez.

No obstante, sí existe un problema cuando el deseo de consumir se transforma en una idea de que tener cierta cantidad de objetos es una necesidad, cuando luego de adquirirlos se advierte que no lo es y se quiere más. Lo que caracteriza al comprador compulsivo es la compra de cosas que no necesita, con dinero que no tiene.

EDUCACIÓN FINANCIERA

El tema de las compras, es decir el gasto, se ha visto como superficial, puesto que se piensa que se compra porque hay una necesidad. Esto empieza a ser un verdadero problema cuando son excesivas y la deuda empieza a aumentar.

Ledia Gutiérrez afirma que valdría la pena preguntarse si la adicción a las compras es solo un problema de depresión o si es por la poca educación financiera que se tiene al respecto.

Elaine Miranda secunda a la psicóloga. Esta administradora financiera dice que “a veces las personas no sabemos controlarnos y creemos que nuestra manera de comprar y consumir es normal o que no hay nada de malo en lo que hacemos”.

Miranda estudió en México y tiene experiencia desde el 2007 en el área financiera a nivel empresarial tanto en México como en Nicaragua. En su tan gustado blog Plata con Plática, Miranda aborda temas de finanzas personales. Entre sus entradas precisamente está el de la adicción a las compras, en donde detalla cinco señales de un comprador compulsivo.

Mediante un correo electrónico, desde Taiwán, nos comenta: “Escribí sobre la adicción a las compras porque una parte importante de las finanzas personales es el tema de los gastos”. Llevar una vida financiera sana, agrega Miranda, empieza por saber limitarse y aprender a vivir por debajo de nuestros ingresos.

“La mayoría de las personas tienen algún tipo de deuda, especialmente de tarjetas de crédito. Por eso quise escribir ese artículo, para que la gente se pudiera autoanalizar y darse cuenta de que si realmente compraban sanamente o a manera de adicción”, explica.

Mentir sobre las compras, comprar para sentirse mejor y luego culparse, comprar con tarjetas de crédito e intentar dejar de hacer compras sin lograrlo son las señales que Miranda establece en su blog.

“La adicción a las compras es como cualquier otra, por lo que las señales llegan a ser casi las mismas”, afirma.

El principal problema de utilizar las tarjetas de crédito para comprar (sobre todo cuando es una adicción) es que al comprar sin control, no te das cuenta de lo mucho que estás gastando, te puedes sobregirar y terminar con una enorme deuda que después no vas a poder pagar. Esto se puede convertir, además, en un círculo vicioso porque, al estar endeudado, sientes estrés, no sabes qué hacer y puedes terminar comprando más y endeudarte más para sentirte mejor.

“El problema es que todavía no creemos que comprar, gastar y endeudarse sean un verdadero problema, sobre todo cuando se trata de mujeres, porque existe la creencia que eso es lo que las mujeres hacemos: comprar ropa y gastar. Entonces, se puede ver como algo normal y no como una adicción. Además, a diferencia del alcohol, el cigarrillo o las drogas, la ropa y los zapatos no se ven como sustancias nocivas para la salud, por lo que medir su impacto es todavía más difícil”, explica Miranda.

Asimismo, ella analiza y afirma que tener adicción a las compras daña las relaciones personales porque te puedes ver envuelta en una serie de mentiras para tapar tu adicción (lo mismo que un adicto al alcohol o a las drogas) y, al gastar tanto dinero en compras, estás lógicamente usando lo mucho o poco que tienes, en lugar de destinarlo a una meta.

“Definitivamente es en detrimento de la salud financiera porque, al tener grandes deudas que puede tomar años pagar, impide también ahorrar para otros objetivos, como invertir en tu propia casa, un fondo de emergencia, educación y la misma jubilación”, exhorta.

Nosotras adiccion Compras

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