Carla Fjeld
PhD en Nutrición Humana
La semana pasada hablamos sobre el “factor neurotrófico derivado del cerebro” (FNDC), un tema de investigación muy interesante y activo que sugiere que un nivel reducido de FNDC es una mala noticia para nuestro cerebro, y el consumo crónico de azúcar es uno de los peores factores que inhibe el FNDC.
Sabemos que el azúcar y la obesidad están vinculados. Obvio que añadiendo azúcar a la comida añade las calorías adicionales que resulta en un cuerpo más gordo, pero investigaciones ahora demuestran que el consumo crónico de azúcar entorpece el mecanismo del cerebro para decirle que deje de comer. Lo hace mediante la reducción de la actividad en el sistema de la oxitocina anorexígeno del cerebro, que se encarga de lanzar la “bandera roja” que le impide hartarse.
Cuando las células de oxitocina en el cerebro están embotados por el exceso de consumo de azúcar, la bandera no funciona correctamente y uno empieza de tener antojos incontrolables o de querer bocadillos de medianoche.
En las próximas columnas seguiré con el tema de azúcar añadido y alternativas para su alimentación sana.
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