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Un matrimonio con fundamento sólido

La unión matrimonial representa el inicio de una nueva etapa en la vida de una pareja. Ya no son seres individuales, pues sus vidas se han fusionado para empezar un nuevo andar juntos.

Geraldina González C.    

La unión matrimonial representa el inicio de una nueva etapa en la vida de una pareja. Ya no son seres individuales, pues sus vidas se han fusionado para empezar un nuevo andar juntos.

De ahora en adelante, todas las decisiones, problemas y alegrías se comparten, por eso es fundamental que este nuevo andar esté fundamentado en la comprensión mutua, para garantizar una excelente vida de pareja.

Antes de emprender este nuevo camino, te sugerimos que prestes atención a las recomendaciones que nos proporcionan tanto la terapeuta sexual y de parejas Ana Salgado, como el padre Bryan Arriola, misionero redentorista, para fortalecer los lazos de tu unión.

“En primer lugar, hay que tener claras las expectativas de matrimonio que cada uno tiene”, aconseja Salgado, ya que según nos explica la idea que se tiene del matrimonio varía en cada persona y, por consiguiente, las expectativas son diferentes.

La terapeuta recomienda dejar claro qué se espera dar y qué se quiere recibir de la pareja, pues “pensar que el matrimonio es algo que va a cambiar a la otra persona, o que les va a resolver algún problema no es lo correcto”, señala.

Ligado a eso, el padre Arriola considera que también es fundamental amar a la persona con quien se va a compartir el resto de la vida.

“Si hay amor, cualquier inconveniente puede superarse en el matrimonio. Sin amor el fracaso está garantizado, solo es cuestión de tiempo”, expresa Arriola.

Otro de los aspectos que menciona el padre es dejar claro que el matrimonio es asunto de dos personas. No se trata de cerrarse a consejos de familiares o amigos, pero es recomendable guardar cierta distancia.

“Si las decisiones, discusiones, dificultades y los secretos del matrimonio siempre terminan en oídos de otras personas, tarde o temprano ambos pagarán la factura”, asegura.

Dialogar con amor

La comunicación es la base de las relaciones, y el matrimonio no es la excepción. Una buena comunicación entre la pareja facilita la solución de los problemas que puedan presentarse, sin caer en extremos de incomprensión como la violencia.

“La comunicación alimenta la confianza, un elemento esencial en la vida de dos. Se trata de dialogar y no de alegar”, afirma el padre Arriola.

Y es que como en toda relación cercana, los desacuerdos siempre van a surgir en algún momento, afirma Ana Salgado. Por eso es importante que con anterioridad marido y mujer estén de acuerdo en cómo enfrentarlos.

“Es recomendable que la pareja se dedique tiempo a solas al menos una vez cada dos semanas cuando ya se tiene hijos.

Durante ese tiempo a solas no pueden reclamarse, ni hablar de problemas del trabajo, solo pueden expresar las cosas que gustan uno del otro”, sugiere la terapeuta Salgado.

Por su parte, el padre Arriola considera que el respeto hacia la pareja debe permanecer siempre.

“Al elegir a una persona para pasar el resto de la vida con él o con ella, estoy confirmando que para mí es alguien muy especial y por consiguiente tengo que darle el lugar que le corresponde”, sostiene Arriola.

Parte de ese respeto se manifiesta a través de la fidelidad. Según el padre, podría ser natural que pasado un buen tiempo se encuentre en otras personas lo que no se tiene en el cónyuge. “Sin embargo, hay que recordar que al casarse ambos decidieron entregar toda la vida a una persona y a nadie más”, expresa el padre Arriola.

La llama de la creatividad

Con el paso del tiempo se corre el riesgo de caer en la monotonía, cuya situación tiende a debilitar la relación de pareja. Arriola sostiene que durante el matrimonio los detalles cuentan y así como durante el noviazgo el factor sorpresa se considera fundamental, en el matrimonio no se debe perder.

La rutina también puede afectar la vida sexual de pareja, por eso la terapeuta hace énfasis en el uso de la creatividad para mantener viva la relación sexual.

“Esto se logra cuando uno se da cuenta de que el sexo es más una cuestión mental que física. Es más de seducción, de mantener la energía sexual caminando todo el tiempo. Debería verse como algo pasional, sensual, seductor, donde el amor está implícito”, expone Salgado.

Finalmente, el elemento más importante que destaca el padre Arriola es la convivencia con Dios, pues Él es la roca más sólida y maravillosa para construir una verdadera familia. Con la bendición de Dios y solicitando su sabiduría, todo resulta más sencillo y lejos de sentir los años al lado de una persona como una carga, el tiempo se transforma en una eterna felicidad.

“Orar y leer la Biblia, así como asistir a la Iglesia como pareja para pedir la ayuda divina en la resolución de conflictos e iniciar la pertenencia a un grupo familiar son algunas de las recomendaciones que les doy para que Dios guíe la vida matrimonial. Con Él todo es mucho mejor”.

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