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Yo soy un cristiano feliz

El mejor camino para volver a emprender el afán de cada día es sin duda la actitud que se tome frente a la vida, así que: Soy un cristiano feliz si vivo enamorado de Cristo y confío en Él como lo más necesario y absoluto, porque sé que no quedaré defraudado.

PBRO. OSCAR CHAVARRIA

El mejor camino para volver a emprender el afán de cada día es sin duda la actitud que se tome frente a la vida, así que: Soy un cristiano feliz si vivo enamorado de Cristo y confío en Él como lo más necesario y absoluto, porque sé que no quedaré defraudado.

Soy un cristiano feliz cuando cada mañana digo: “Padre nuestro”, llevando en mis oraciones a todas las personas que quiero: a mi familia, a mis amigos, a mis hermanos de trabajo, a mis vecinos, porque no me conformo con una vida vacía y sin sentido.

Soy un cristiano feliz, si mantengo mi ideal e ilusión por el Reino y no pierdo el tiempo en cosas accidentales, sabiendo que Dios me acompaña porque confío en Él.

Soy un cristiano feliz, si tengo un corazón puro y transparente, que sabe descubrir el amor y la ternura de Dios sin complicaciones, porque Dios siempre se me revelará.

Soy un cristiano feliz, si reconozco y acepto mis limitaciones y debilidades y no pretendo ser invencible, porque Dios se complace en los humildes.

Soy un cristiano feliz, si sé discernir con sabiduría lo que conviene callar y hablar en cada circunstancia, porque nunca tendré que arrepentirme de haber ofendido a un hermano o amigo.

Soy un cristiano feliz, si vivo y dedico tiempo a la oración , saboreando las riquezas de la Palabra de Dios, visitando al Santísimo y llamando, escribiendo o viendo a mis amiguitos porque esto les dará sentido a su vida.

Soy un cristiano feliz, si anuncio la verdad sobre Jesucristo y denuncio las injusticias que oprimen a los hombres, porque participo de mi compromiso de ser sacerdote, profeta y rey.

Soy un cristiano feliz, si sé asumir y valorar los cambios de los tiempos, de las redes sociales y la cultura de los pueblos, porque habré entendido el misterio de la Encarnación.

Soy un cristiano feliz, si tengo tiempo para hacer felices a los demás, si encuentro tiempo para los amigos, la lectura, el esparcimiento, porque he comprendido el Mandamiento del Amor y me conozco humano y necesitado.

¡En fin! Yo soy un cristiano feliz.

Religión y Fe cristianismo felicidad

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