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Unigénito y consentido

Toda la vida mis amigos, ellos que tienen familias numerosas que se reúnen de vez en cuando para compartir ocasiones especiales, se la han pasado diciéndome lo afortunada que soy por ser hija única: que nadie se mete con mis cosas, que no había quién me acusara con mis padres cuando de niña hacía alguna travesura, y sobre todo que podía tener cuantas cosas quisiera por no tener hermanos y ser la consentida de mis padres.

 

 

GERALDINA GONZÁLEZ C.

Toda la vida mis amigos, ellos que tienen familias numerosas que se reúnen de vez en cuando para compartir ocasiones especiales, se la han pasado diciéndome lo afortunada que soy por ser hija única: que nadie se mete con mis cosas, que no había quién me acusara con mis padres cuando de niña hacía alguna travesura, y sobre todo que podía tener cuantas cosas quisiera por no tener hermanos y ser la consentida de mis padres.

Y sí, la verdad es que en mis 21 años de vida no me puedo quejar de la atención que mis padres me han brindado. Durante los ocho años que compartí con ambos antes de que mi padre falleciera, estuvieron pendientes de cada una de mis actividades escolares. Al faltar mi padre, mi madre se convirtió en mi mejor amiga y es quien me apoya y aconseja en cada decisión que tomo.

Sin embargo, lo que mis amigos desconocen es que cuando creces sin hermanos, primos, o alguien más con edad contemporánea cerca de vos, no contás con alguien que se convierta en tu cómplice para realizar, por ejemplo, una sorpresa a tu mamá en el día de las madres. Sí, quizás tengan un poco de razón al decirme que las cosas que tenía eran solo para mí, pero de nada sirve tenerlas si no hay con quién compartirlas. Cuando se es hijo único hasta las peleas entre hermanos se desean.

Ahora, si hablamos de responsabilidades, cuando ya hemos crecido, ser hijo único no es lo mejor del mundo. Al final solo vos respondés por tus padres, sos quien debe estar presente en caso de alguna enfermedad o cuando surge alguna emergencia familiar. En lo personal, les puedo asegurar que a veces es necesario contar con un hermano o hermana que te apoye en momentos difíciles y es entonces cuando me pregunto, ¿en verdad es una ventaja ser hijo único?

Para la psicóloga Cristian Padilla no existen diferencias marcadas en el comportamiento de un niño que es hijo único y aquellos hijos que han crecido con hermanos, pues ambas situaciones tienen sus propias ventajas y desventajas.

¿Solo un hijo?

La decisión de tener uno o más hijos, según Padilla, podría depender del nivel económico que los padres tengan para garantizar una vida de calidad y del entorno familiar en que ellos hayan crecido.

“Si vienen de familias numerosas lo más probable es que quieran una familia grande, a diferencia de quienes vienen de familias pequeñas, pues a estos les podría gustar repetir ese mismo patrón”, comparte la especialista.

Cuando nos toca crecer sin hermanos podemos apegarnos más a nuestros padres, pues de alguna manera son ellos los que acompañan nuestros juegos y demás actividades propias de un niño. Y no estoy diciendo que esto sea malo. ¡No! Pero sí puede ser un factor para crear en ellos un fuerte sentido de protección hacia nosotros para evitar que nos pase algo.

Por ser la única niña en casa, toda la atención de mis padres se enfocó en mí, y a medida que fui creciendo esto fue incrementando. “¿Dónde irás?, ¿con quién?, ¿a qué hora volverás?”, eran parte de las típicas preguntas que me hacían cuando pedía permiso para salir. Sí, entiendo que es normal que los padres se interesen en la seguridad de nosotros, pero al igual que en muchas cosas, el exceso también es malo.

Según la psicóloga Cristian Padilla, la protección y atención por parte de los padres puede proporcionar buena autoestima, confianza, seguridad y estabilidad en los hijos. Sin embargo, “el único error que podrían cometer los padres de hijos únicos es caer en el exceso de protección y atención por miedo a que les suceda algo malo. Esto se convierte en una actitud sobreprotectora que no permite a los hijos crecer y desarrollarse”, explica la especialista.

Madurez temprana

Aunque podría parecer que ser hijo único signifique una vida solitaria, esto no es del todo cierto. La personalidad de los hijos dependerá de la formación que los padres brinden, pues de acuerdo con Padilla, “somos nosotros quienes les enseñamos a nuestros hijos las reglas de comportamiento, de conducta, las reacciones y las actitudes”, asegura.

Asimismo, la especialista sostiene que crecer sin hermanos puede traer consigo ventajas a nivel emocional.

“Estos niños maduran antes y desarrollan más rápido sus habilidades adultas por compartir más tiempo con sus padres y no con otros niños o hermanos, y no experimentan conflictos ni peleas típicas entre hermanos por compartir sus juguetes”, asevera Padilla.

De igual manera, la especialista explica que esa convivencia cercana con los padres favorece el establecimiento de una relación de confianza y comunicación creando una especie de amistad entre padres e hijos, lo que les ayuda a desarrollarse como personas con confianza y seguridad.

Desventaja

Según la especialista, así como la sobreprotección de los padres podría provocar que los niños crezcan con inseguridades y miedo al mundo exterior, evitando un desarrollo completo del individuo, crecer sin la compañía de otros niños, ya sean hermanos o primos, también podría ocasionar cierta dificultad al momento de compartir sus pertenencias o trabajar en equipo.

“No se trata de que se conviertan en niños egoístas, pero sí les cuesta un poco más compartir sus pertenencias”, hace la salvedad la psicóloga Cristian Padilla.

Cuando la atención de los padres se centra en un solo hijo, la especialista explica que es probable que los padres presionen y exijan más en los estudios, conducta y desarrollo personal de su hijo o hija.

Casos como el mío podrían haber muchos. Pese a que siempre anhelé tener hermanos, lo cierto es que ser hija única me ha permitido establecer una fuerte relación de amistad con mi madre. También me ayudó a madurar más rápido que mis contemporáneos al tener que enfrentar situaciones fuertes en las que el único apoyo de mi madre he sido yo, así siga sin experimentar la maravillosa conexión que se puede establecer con los hermanos y una familia más grande.

Nosotras familia hijos

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