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“Mostrarse un poco inseguro no es malo si nos ayuda a mejorar lo que tenemos. En cambio, cuando la inseguridad es parte de tu vida cotidiana y tu personalidad, entonces sí refleja una autoestima dañada”, advierte especialista.

Yo, mi gran amor

Desde una temprana edad en nuestro hogar se nos enseña a amarnos, respetarnos, cuidarnos y valorarnos. Aprendemos que somos personas únicas y que cada uno, con nuestras virtudes y nuestros defectos, somos especiales e importantes en este mundo.

GERALDINA GONZÁLEZ C.

Desde una temprana edad en nuestro hogar se nos enseña a amarnos, respetarnos, cuidarnos y valorarnos. Aprendemos que somos personas únicas y que cada uno, con nuestras virtudes y nuestros defectos, somos especiales e importantes en este mundo.

Todo ese amor fortalecido por los halagos y cumplidos poco a poco van alimentando nuestro amor propio.

Para el médico psiquiatra Nelson García Lanzas, la autoestima no es más que lo que sentimos por nosotros mismos, cómo nos valoramos y cómo nos visionamos. “Es la parte del ser que no se puede tocar, pero sí se puede ver en nuestro comportamiento”, define.

De acuerdo con el especialista, este término ha tenido más realce en el tratamiento y manejo de problemas emocionales en los últimos tiempos.

Si buscamos la definición de autoestima en el diccionario de la Real Academia Española, encontramos que es la “valoración generalmente positiva de sí mismo”.

Sin embargo, cuando nos enfrentamos al mundo más allá de nuestro hogar, o incluso ocasionalmente dentro de nuestro mismo círculo familiar, podemos encontrarnos con percepciones negativas o hirientes de nuestra persona, que de cierta manera van quedando grabadas en nuestra mente, contribuyendo a que el nivel de nuestra autoestima baje.

Según el doctor García, la autoestima puede ser elevada, estable o baja, siendo esta última la que ocasiona más problemas a nivel psicológico. Por lo general se presenta en personas que han sido víctimas de violencia o denigración, causando daños tanto en el amor propio, como en la autoimagen y la autoconfianza.

Cuando una persona tiene problemas de autoestima baja, el especialista señala que se puede notar en su comportamiento ciertas manifestaciones que perjudican la vida de la persona.

“Podemos encontrarnos con personas inseguras, con dificultades para enfrentar las adversidades ante las que tienen muy pocas habilidades. Son personas que sufren aún más porque tienen una distorsión de la percepción de la vida, la perciben más complicada y difícil”, puntualiza el médico psiquiatra.

Más no siempre es mejor

A pesar de que se puede creer que únicamente la baja autoestima nos puede afectar y que solamente quienes reflejen temor, inseguridad y decaimiento son quienes tienen problemas, el médico psiquiatra Nelson García Lanzas explica que las personas que parecen tener una autoestima demasiado elevada también podrían sufrir problemas emocionales.

Según el especialista, muchas veces esa autoestima elevada no es más que la compensación de una autoestima baja. “Son personas que de alguna manera podrían tener alteraciones de la percepción de la realidad por creerse lo máximo”, expone.

Un ejemplo de ello podría ser la adicción al trabajo. Según el especialista, es así como las personas buscan compensar su baja autoestima, procurando obtener un reconocimiento por el trabajo realizado. Esto tiende a sugerir que el individuo tiene muy poco a nivel personal y, por lo tanto, pretende compensar ese vacío con trabajo.

Cuando actividades como el trabajo benefician la estabilidad emocional de la persona no son perjudiciales. Sin embargo, realizarlas en exceso podría deteriorar tu vida, tu hogar o tu familia, explica el médico psiquiatra.

Origen

Los problemas o las situaciones que afectan el equilibrio de la autoestima pueden originarse primeramente en la familia, afirma el especialista. Comentarios descalificativos, destructivos o anulativos contribuyen a que la persona se sienta inútil y maltratada.

“Lo que tenemos que hacer es ser complementarios, hacer afirmaciones positivas, nunca comparar para destruir, sino hacerle sentir que existe y que es importante para la familia”, sugiere el doctor García Lanzas.

Asimismo, señala que si hay un problema físico, limitación física o emocional y utilizamos frases destructivas lo que lograremos es que esta persona toda su vida sea un objeto de comparación y que no dé resultados positivos a nivel social, familiar e incluso de pareja.

“Muchas veces nosotros mismos somos quienes destruimos emocionalmente a los hijos”, enfatiza.

Asunto de equilibrio

Aunque la inseguridad y el temor a enfrentar la vida puedan ser características de una persona con problemas de autoestima baja, el especialista destaca que en algunas ocasiones esto nos puede ayudar a analizar lo que hacemos para procurar mejorarlo.

“Mostrarse un poco inseguro no es malo si nos ayuda a mejorar lo que tenemos. En cambio, cuando la inseguridad es parte de tu vida cotidiana y tu personalidad, entonces sí refleja una autoestima dañada”, advierte el psiquiatra.

Cuando tenemos la autoestima sana o adecuada proyectamos seguridad en lo que hacemos. Según el especialista, cuando se logra un equilibrio en el amor propio se tiene armonía consigo mismo y con el entorno. Quien no logra ese balance puede alternar entre aumento y disminución de la autoestima.

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