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Debates de ayer y hoy

Hace casi 40 años, Nicaragua vivía una discusión parecida a la de hoy. A marcha forzada la dictadura somocista aprobó el 16 de enero de 1974 un nuevo Código Penal para la República que no solo establecía nuevos delitos y castigos, sino que pretendía ser el instrumento de protección de la dictadura ante el creciente descontento que ya se veía venir.

Por Fabián Medina

Hace casi 40 años, Nicaragua vivía una discusión parecida a la de hoy. A marcha forzada la dictadura somocista aprobó el 16 de enero de 1974 un nuevo Código Penal para la República que no solo establecía nuevos delitos y castigos, sino que pretendía ser el instrumento de protección de la dictadura ante el creciente descontento que ya se veía venir.

  • Rosario Murillo (*)
Para quienes mayestáticamente dictan una ley que otros servilmente aprueban sin leer, en menos de una hora, el problema de Nicaragua hoy, radica en las IDEAS que puedan surgir de la mente del nicaragüense!

Por consiguiente, el Hombre debe convertirse en un ser acerebral, sin intelecto y razón, un Hombre que hable repitiendo la voluntad del Voluntarista Mayor y que piense de acuerdo con los dictados del Cerebro Único que podrá funcionar en el país.

Esta es la parte más grave, ridícula y absurda de la “Ley del pensamiento”. Es lo que más puede afectar no solo a quienes “malintencionadamente” han llegado a pensar, sino a TODOS!

Se trata del peor ataque a la libertad del Hombre. La mayor negación del desarrollo evolutivo de la humanidad por cuanto niega totalmente el derecho a ejercer la facultad del hombre en sí, lo que le diferencia de cualquier animal, el pensamiento!

Equivale a la ridiculización extrema, a la “nivelización” del ser pensante y el irracional: El Hombre y el animal al mismo nivel. En dos palabras, ahora todos debemos ser (pensar, razonar) únicamente en la medida que nos lo permita el dictado absoluto. “Ser o no ser, esa es la cuestión”). Usar la cabeza es la regla para pensar. Cuál será la norma sugerida para evitar que surjan “malignas” elucubraciones para impedir que las ideas den vuelta y se exterioricen… La única salida posible sería CORTÁRSELA! Quizás la ocurrencia más genial de los últimos tiempos: un pueblo de gente SIN CABEZA!

No estaría fuera de la normal anormalidad que vivimos el haber anteriormente proyectado la fabricación de mini-cabezas automáticas para todos. Tendremos cintas grabadas en vez de cerebro y al unísono repetiremos: “Una sola voz!”

La ley, un mamotreto de 105 páginas y 557 artículos, fue aprobada por la Asamblea Nacional en apenas 45 minutos. Treinta minutos se usaron para leer el dictamen y ¡15 para debatir! Igual, los diputados solo estaban ejecutando el trámite de aprobación, pues ni siquiera les dieron copia para que conocieran lo que aprobaban.

Al día siguiente, LA PRENSA tituló la noticia a ocho columnas: “Aprueban Código que mata las libertades públicas”, con un subtítulo que sentenciaba: “Somocismo pena hasta las ideas”.

La alarma la producían ciertos artículos que el dictador incluyó con el propósito, según otro artículo del mismo diario, de establecer “una defensa para el gobierno”.

Por ejemplo, el Código de 1974 establecía penas de dos meses a dos años de arresto inconmutable “para los que provoquen manifiesta y directamente al pueblo a cometer los delitos de traición, rebelión, sedición, motín o asonada”. Asimismo “para los que propaguen doctrinas manifiestamente contrarias a la moral, a las bases democráticas del Estado y al orden público”, el nuevo código establecía penas de dos meses a dos años de arresto inconmutables.

“Ley ordena que nos cortemos la cabeza”, tituló una furibunda articulista, que tiempo después cobraría notoriedad porque llegó a ser primera dama de Nicaragua, y se le ve impulsado leyes similares a las que criticaba tan duramente en 1974. Doña Rosario Murillo, consideraba entonces que según esa ley “el hombre debe convertirse en un ser acerebral, sin intelecto y razón, un hombre que hable repitiendo la voluntad del Voluntarista Mayor y que piense de acuerdo con los dictados del Cerebro Único que podrá funcionar en el país”. (Por considerarlo de actualidad, reproduciremos íntegramente el artículo de la señora Murillo).

El Código Penal se aprobó ese 16 de enero de 1974, en cumplimiento de la voluntad de un solo hombre: Anastasio Somoza Debayle. A los seis meses ya estaba sufriendo la primera reforma, y con otras reformas venideras se mantuvo en vigencia hasta el 13 de noviembre de 2008, cuando la Asamblea Nacional aprobó el actual código vigente para la República de Nicaragua.

Y si la intención de Somoza era defender su dictadura a través de la represión a las ideas y el pensamiento contrario, pues de muy poco le sirvió porque el 17 de julio de 1979 estaba empacando maletas para irse al exilio. Es la vieja historia conocida.

*LA PRENSA 17 de enero de 1974. Se respetó el uso de mayúsculas y la licenciosa utilización de los signos de puntuación, dado que es parte del estilo de Murillo.

Sección Domingo debates Nicaragua

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COMENTARIOS

  1. Eduardo Pérez
    Hace 11 años

    Cosas veredes, Sancho amigo.

  2. el carolingio
    Hace 11 años

    La Sra. Rosario es muy inteligente, eso no nos cabe la menor duda pero me temo que tambien muy ambiciosa y eso le puede restar fuerzas para pensar con lucidez, tanto ella como su esposo, estan a las puertas de hacer desiciones que creo que en el future no les beneficiara, dejarse arrastrar por los malos consejos y demas gentes que se benefician del poder no es cosa buena

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