“Es una involución”

Por Oscar González Morales

Como un beneficio exclusivo para el fortalecimiento del poder de la familia Ortega-Murillo, ve José Pallais la propuesta de reforma a la Constitución Nicaragüense.El exdiputado de tendencia liberal considera las mismas reformas como la estrategia del presidente inconstitucional Daniel Ortega para crear “una alternativa de poder que sustituya esa falta de cohesión política” que padece el Frentes Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), producto de la sustitución de los “cuadros” de la revolución que ha impulsado Rosario Murillo.

::: ¿A quién le beneficiarán las reformas a la Constitución?

Única y exclusivamente al poder de la familia Ortega-Murillo. En su conjunto la democracia y ningún nicaragüense puede resultar ganador con esta reforma, más bien resultan perdedores. Esta reforma es una involución en el proceso democrático de Nicaragua.

::: ¿Cuál es la necesidad de hacer estas reformas?

Ortega ya no tiene un partido unido alrededor de una ideología, Rosario Murillo ha venido sustituyendo los cuadros que hicieron la revolución y como no tienen ese partido, tiene que recurrir a nuevas herramientas de poder. Necesita una alternativa de poder que sustituya esa falta de cohesión política. El segundo objetivo fundamental que persigue es cumplir con la concesión corrupta del Gran Canal. Satisfacer a sus socios en darles la fortaleza de una norma constitucional que los sustente. Podría agregarse el deseo de arrastrar al Ejército y a la Policía para que sean instrumentos subordinados a él, para tener una mejor disposición para la represión de los ciudadanos.

::: ¿Por qué las reformas en este preciso momento?

Él está cargado de soberbia, ve que tiene más de 60 diputados (sandinistas en la Asamblea Nacional), no necesita negociar y fabricó esta mayoría para hacer estas reformas, que son parte de un plan de destrucción del modelo democrático. Requiere lograr esta sustitución (de modelo de gobierno) ahora que tiene mayoría en la Asamblea, ahora que está cargado de soberbia, ahora que los actores internacionales que antes interferían han venido cambiando las políticas internacionales, la oposición nicaragüense está descompuesta, los líderes tradicionales de la oposición están desgastados. Ve que se le suman una serie de condiciones para intentar dar un paso que lo afiance en el poder y le permita tener mayor fortaleza en el momento que pueda darse un desgaste de su gobierno.

::: Si no se aprueban las reformas ¿qué dejaría de funcionar en el país?

Nada. Porque Ortega tiene funcionando al país por la vía de hecho, ha venido imponiendo su modelo infringiendo la Constitución y las leyes, entonces todo seguiría igual. Hay que estar claro que estas reformas no se detienen con su aprobación, viene la derogación y reformas de diez o 12 leyes ordinarias, que también son importantísimas. Ya nos está enseñando la primera, el código militar, con un retroceso en cuanto al institución militar, que pierde la profesionalización e independencia que con mucha dificultad se logró en la década de los años noventa.

::: Con tantos cambios en esta propuesta y con cinco reformas desde la promulgación de la Constitución en 1987 ¿por qué no se optó por una nueva Constitución, una constituyente?

Creo que debió ser el mecanismo correcto, pero como está lleno de soberbia, creo que Ortega y Rosario no calcularon que los nicaragüenses pudieran empezar a despertar. Pensaron que era muy fácil empujarla, que iba a pasar desapercibida y sin ninguna resistencia, pero está pasando lo contrario, está generándose una resistencia, todavía tímida pero que va en ascenso.

::: Si la Constitución actual no fue respetada por el Gobierno, con la reelección de Ortega, con la falta de consulta para designar a magistrados, ¿qué podemos esperar con estas reformas? ¿Se respetarán?

Si Ortega necesita irrespetar sus propias reformas, lo va a hacer. Aunque las hizo como quiso, como le resultaba más fácil para el ejercicio de su poder, si tiene que volver a violar la Constitución en un futuro, no creo que tenga ningún reparo en volverlo a hacer.

::: ¿Cuál es el espíritu de estas reformas?

Esta es la reforma unilateral, de un espíritu totalitario, que quiere mantenerse y ejercer el poder fortalecido desde el derecho positivo limitando los derechos ciudadanos y tratando de impedir que su poder se vea limitado por los otros poderes del Estado. Porque otro problema fundamental con estas reformas es que se pierde el principio de la división de poderes, que ya no existe porque además que Ortega controla los poderes, la frontera entre el legislativo y el ejecutivo se pierde, ya que pone al primero al mismo nivel del segundo para dictar leyes.

::: Dos semanas de consultas para estas reformas, ¿son suficientes para hablar de una verdadera voluntad popular?

Absolutamente insuficientes. No se movilizaron por todo el país, no consultaron abiertamente a los ciudadanos, la restringieron a muy pocos actores y lo más grave, no hubo negociación. Las constituciones que duran en el tiempo son las que son producto de un consenso, de un pacto, de un acuerdo nacional, esas son las constituciones exitosas. Esta no lo será, porque es impuesta, unilateral. No se pretendió, ni se buscó alcanzar ningún nivel de consenso, no se abrieron las puertas, se cerraron. Lo que resulte de este adefesio de reforma no va a tener larga vida.

::: Fue un proceso de consulta muy polarizado, por un lado los numerosos sectores supeditados al Gobierno que solo llegaron a decir sí y por otro los independientes como la Iglesia a decir no. ¿No es esta una visión desvirtuada de la realidad?

Los principios que sostienen a la convivencia nacional se están rompiendo o que mal que bien, la Constitución del 1987 y con sus reformas, en lo general en la definición del modelo democrático tenía un buen grado de aceptación. No era una constitución perfecta, era mejorable, pero esta en lugar de mejorar la Constitución causa un retroceso, una involución. Eso va a frustrar y el sentimiento de unidad nacional alrededor de la norma suprema se va a perder totalmente.

::: ¿Con esta resolución se echan a la basura las reformas de 1995?

Es una contrarreforma a la realizada en 1995 e incluso se retrocede en algunos puntos más allá de la Constitución de 1987. El pluralismo político es totalmente reducido y restringido, esa es una de las consecuencias más grandes de estas reformas. Ya Nicaragua no es una sociedad pluralista.

::: ¿En qué puntos estas reformas retroceden más allá de la Constitución de 1987?

Primero el pluralismo político y la restricción a los derechos del ciudadano, que ya no es el principal actor o artífice de los derechos constitucionales, si no que se ve un esfuerzo por colectivizar el accionar de los ciudadanos, por encauzarlo, por dirigirlo, restringiéndolo efectivamente.

::: La pareja de gobierno dice que la democracia participativa es beneficiosa para el país, ¿usted no lo ve así?

En absoluto. La democracia participativa es importante, es en la que los ciudadanos tienen la libertad de organizarse, de aglutinarse en diferentes mecanismos de participación, no en los mecanismos que pretenden estas reformas, dirigidos, controlados, afectos a las decisiones del poder central. Es decir, son mecanismo de participación propios de lo que es un sociedad fascista, se coorporativiza, se encauza, el accionar tiene que ser a través, única y exclusivamente por los gabinetes de familia.

::: ¿Hay una posibilidad de frenar estas reformas?

No lo veo, por mi experiencia. No veo a Ortega retrocediendo, puede hacer algún cambio mínimo, para tratar de venderlo como que escuchó, pero no va a desvirtuar jamás su proyecto en lo esencial.

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