EMILIANO CHAMORRO MENDIETA
Hoy la devoción mariana de los nicaragüenses se mueve en todos los rincones del país, para celebrar una festividad religiosa popular que es , única en el mundo, como es la celebración de La Purísima, conmemoración de la virginal Concepción de María que data de más de 300 años.
La festividad mariana, que moviliza a casi toda la población de Nicaragua, tiene sus raíces históricas en la ciudad de León. Pero ahora es en las casas, templos y casas particulares de todo el país que se realizan los rezos y cánticos a la Purísima, quemando pólvora (cohetes y juegos pirotécnicos) y gritando el lema que identifica a la celebración mariana: “¿Quién causa tanta alegría?”, que se se responde con voz de devoción a la virgen: “¡La Concepción de María!”
EXPLOSIÓN DE JÚBILO
El fervor de los nicaragüenses marianos que salen hoy a las calles a cantar ante los altares, es considerado por monseñor Miguel Mántica como una expresión de júbilo.
“Los nicaragüenses nos identificamos por nuestro amor, respeto y devoción a la Virgen María, ella está en cada corazón de los nicaragüenses”, afirma monseñor Miguel Mántica.
“Nicaragua es un pueblo muy mariano y la Inmaculada Concepción es su patrona. Eso se debe a que se ha desarrollado de muchas maneras la devoción a la Inmaculada. Lo más conocido es la Gritería a la Purísima, en honor a la Inmaculada Concepción“, explica el vicario pastoral de la Arquidiócesis de Managua.
A juicio de monseñor Mántica, haber promovido esta devoción es uno de los grandes aciertos en la historia de la Iglesia en Nicaragua, dado que se evidencia cómo la población le expresa amor, devoción y respeto a la Madre de Jesús.
“Es completamente una alegría mariana, una devoción a María que se convierte en una explosión de júbilo ante el mensaje de la Salvación. Además, esta fiesta de la Gritería en honor a la Purísima, es única en el mundo“, asegura el sacerdote.
Monseñor Mántica expresa que la celebración de la Gritería es una fiesta que contagia y mezcla muchas cosas, y es como la gente en sus altares recibe a los fieles para obsequiarles dulces, cañas, incluso algunas personas acostumbran hasta dar de comer al devoto mariano.
“Es una devoción en la que se mezclan muchas acciones. Además, de los dulces y cañas que al devoto se le da también recibe el mensaje de una manera directa y ese mensaje central es la alegría de la Salvación en Cristo“, reflexiona monseñor Miguel Mántica Cuadra.
HISTORIA
El historiador leonés Edgardo Buitrago (q.e.p.d.) explica en su libro sobre la devoción a la Purísima, que la celebración tiene más de 300 años y que el culto a la Madre de Jesús fue impulsado por los frailes franciscanos.
La primera imagen de la Inmaculada Concepción de María llegó a Nicaragua en 1562.
Fueron los franciscanos de León quienes introdujeron al país el rezo de la novena en 1742.
La tradicional “Gritería” nació en el barrio San Felipe de León, en 1857 y fue monseñor Gordiano Carranza quién propició la realización de altares en las casas leonesas, los rezos, cantos y gritos.
La “Gritería Chiquita”, que se celebra en agosto, inició en 1947 por una promesa del obispo Isidro Augusto Oviedo por el cese de las erupciones del volcán Cerro Negro.
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