Dra. María Luz André
Médico nutricionista clínico
El mantenimiento de un nivel de hidratación adecuado en la piel es importante tanto desde el punto de vista estético como funcional, debido a que una piel correctamente hidratada va a actuar como primera barrera de protección frente al mundo exterior.
En una piel joven el contenido de agua de la capa córnea oscila entre el 10 y el 20 por ciento, dando como resultado una piel elástica, flexible y firme. Existen diferentes factores tanto externos (viento, sol, aire acondicionado, medicamentos, alimentación, etc.) como internos (genética, factores hormonales relacionados con la secreción sebácea, enfermedades, envejecimiento etc.) que influyen y modifican el porcentaje de agua de la piel.
El tratamiento de hidratación facial persigue mejorar la fijación de la molécula de agua en el parénquima celular cutáneo. Para ello, se debe realizar un tratamiento de radiofrecuencia en el rostro conjuntamente con un producto hidratante bajo los parámetros individuales de cada paciente. Se aconseja proporcionar al paciente un asesoramiento sobre la dieta y aconsejar que beba al menos tres litros de agua todos los días. En las pieles maduras, el problema de la deshidratación se agudiza. La disminución del metabolismo basal y, en consecuencia, la lentificación de los procesos metabólicos provocan que a la falta de hidratación se le añada el problema de la disminución de la síntesis del colágeno y los fibroblastos.
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