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Imagen de la Virgen de Guadalupe, patrona de México. LA PRENSA/Orlando Valenzuela

Madre del amor

Al celebrar la misa por los 482 años de la Virgen de Guadalupe, que se apareció en el cerro del Tepeyac, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera, señaló que el amor de la Madre de Dios vence el odio, el egoísmo y la división.

Aciprensa.com

Al celebrar la misa por los 482 años de la Virgen de Guadalupe, que se apareció en el cerro del Tepeyac, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera, señaló que el amor de la Madre de Dios vence el odio, el egoísmo y la división.

En su homilía, el cardenal recordó: “Hoy celebramos que Ella realizara, en aquel frío invierno de 1531, una verdadera y profunda inculturación del Evangelio que continúa moviendo los corazones más allá de espacios y tiempos”.

“Esta inculturación la realiza en el ser humano, tomando en cuenta todo lo que le integran. Ella armoniza la fe y la razón. En el Acontecimiento Guadalupano se da la perfecta inculturación en la armonía de la fe y la razón”, aseguró.

Por eso, señaló el arzobispo, “Ella es la fuente y causa de nuestra alegría, Ella es la Madre del amor. Ella que se ha hecho de nuestra sangre y de nuestro color. Ella que ha tomado nuestra identidad y nuestra raíz, nos confirma que nuestra dignidad radica en haber sido creados a imagen y semejanza de Dios, el Dueño de la vida”, explicó el arzobispo primado de México, en su homilía.

Religión y Fe Aparición Tepeyac Virgen de Guadalupe

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