Por Róger Almanza G.
Cuenta la historia que un hermoso gallo cubierto de plumas de oro cantaba cada mañana en el cerro. Muchos subieron para atraparlo pero ninguno regresó. Poco a poco todos en el pueblo se dieron por vencidos y el gallo continuó cantando cada mañana en el cerro, que hoy se conoce como Cantagallo.
Aún no salen los primeros rayos del Sol y un gallo entona su inconfundible son en medio de la neblina matutina de este lugar, una reserva ecológica donde la tranquilidad es la oferta principal. Aquí es Cantagallo.
- La casa finca de Cantagallo funciona como el único hotel en la comunidad y además del servicio de hospedaje también brinda atención a grandes grupos para retiros de cualquier tipo. Aquí se puede desayunar o cenar con tan solo C$$50 y almorzar por C$$80. Incluso, se puede pedir con anticipación una sopa para el almuerzo y cada servicio cuesta C$$90 . Las habitaciones tienen un precio por noche de C$$150, un precio negociable de acuerdo con el tamaño del grupo. El paseo por la laguna tiene un costo de C$$5 por vuelta en bote alrededor de la laguna.
Cada mañana el olor a café recién hecho se cuela por todos los espacios de la casa finca que hospeda a los visitantes de Cantagallo. Una taza caliente de esta bebida, negra y estimulante, reta el frío que envuelve al lugar.
Desde la casa finca se disfruta el caserío de la pequeña Venecia, la comunidad de Cantagallo con 180 familias, tan amables como en toda historia de un pueblo pequeño.
Rodeado de un bosque de pinos Cantagallo se eleva a 1,300 metros sobre el nivel del mar. Tan solo a 22 kilómetros del municipio de Condega, en Estelí.
La reserva está compuesta por un área de 825 manzanas, todas privadas y organizadas en una cooperativa que ofrecen al turista la belleza de Cantagallo.
Después de un rico desayuno en la finca, el visitante puede bajar al pueblo y pasear en bote sobre la pequeña laguna de Venecia, un espacio tranquilo donde el Sol pega en el agua, y para muchos un buen lugar para agarrar un poquito de calor por la mañana.
Luego, puede preparar las piernas para una saludable caminata de una hora en la montaña que lleva al mirador El Fraile, el lugar más alto de Cantagallo, desde el cual se logra ver la línea fronteriza con Honduras.
Durante la caminata, además del aire puro de la montaña, se conocen los senderos que son protegidos por grandes árboles de roble encino, zapote de montaña, aguacate de montaña, pinos, palmera pacaya, flores y árboles frutales.
Para los más aventureros, Cantagallo guarda el Campamento del Guerrillero. Llegar le tomará, en buena condición física, dos horas de caminata, sobre senderos lodosos y resbaladizos, por ello se recomienda calzar botas altas de hule.
Aquí fue uno de los campamentos de los guerrilleros que lucharon contra la dictadura en 1979, por ello, llegar hasta donde fue este escondite es una travesía para aventureros en buena forma.
Ver en la versión impresa las paginas: 12 ,13
