Un árbol decorado con muchas esferas, lucesitas de diversos colores y una estrella en su cumbre suele convocar a todas las familias. Es el símbolo de la Navidad, la ocasión más esperada por muchos y quizás para otros la más nostálgica, pero igual de especial, eso es imposible de negar. Un árbol que todos los años se trata de decorar mejor y que hasta se puede encontrar en diversos colores por si no se desea el tradicional verde. Un árbol que representa vida, esperanza y prosperidad. Ese árbol en realidad somos nosotros, es nuestro cuerpo; un cuerpo que necesita ser adornado con buenos sentimientos para que reine tanto la paz como la fe en nuestras vidas y para que jamás falte la bondad y el amor para con nuestro prójimo.
Por eso, en esta Navidad haz que ese árbol sea la luz de tu corazón para que resplandezcas por doquier. Ese es nuestro anhelo. ¡Feliz Navidad!
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