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Una aventura congelada

Si no puedes contra ellos, cómpralos. Así solucionó Disney la competencia de Pixar, quienes tomaron el liderazgo del cine animado norteamericano desde que despuntó Toy Story (1995). La fusión de ambas empresas les ha cruzado el ADN creativo. Ahora Pixar manufactura secuelas innecesarias con un ojo en la taquilla. Disney lucha por renovar su anquilosada fórmula narrativa. La tendencia se hizo manifiesta con Monster’s University y la recién estrenada Frozen (Una Aventura Congelada). La adaptación de La Reina de las Nieves , cuento original de Hans Christian Andersen, es tan libre que el resultado final es irreconocible a la par del artículo genuino.

Si no puedes contra ellos, cómpralos. Así solucionó Disney la competencia de Pixar, quienes tomaron el liderazgo del cine animado norteamericano desde que despuntó Toy Story (1995). La fusión de ambas empresas les ha cruzado el ADN creativo. Ahora Pixar manufactura secuelas innecesarias con un ojo en la taquilla. Disney lucha por renovar su anquilosada fórmula narrativa. La tendencia se hizo manifiesta con Monster’s University y la recién estrenada Frozen (Una Aventura Congelada). La adaptación de La Reina de las Nieves , cuento original de Hans Christian Andersen, es tan libre que el resultado final es irreconocible a la par del artículo genuino.

En el lejano reino norteño de Arendelle, dos princesas hermanas enfrentan un futuro incierto tras la muerte de sus padres. La mayor, Elsa, herederá la corona, pero tiene poderes que no comprende y apenas puede controlar. Ella gobierna las fuerzas del invierno: el frío, la nieve y el hielo. Anna, su hermana menor, es una joven despreocupada que no comprende por qué sus padres la mantuvieron separada de su hermana mayor, y busca desesperadamente el amor. Las neurosis de ambas chocan públicamente en la coronación de Elsa. En un desastrozo despliegue de fuerza, Elsa somete al reino en un invierno eterno, desterrándose a sí misma a una lejana fortaleza de hielo. Los políticos de países vecinos maniobran para controlar al reino descabezado, mientras Anna se lanza a la búsqueda de su hermana.

La mutación Disney-Pixar funciona mejor a la hora de desafiar nuestras expectativas sobre las convenciones narrativas del estudio de Mickey Mouse. El escenario monárquico y la idealización del matrimonio como destino natural de la mujer da paso a una narrativa de empoderamiento personal y aceptación de las diferencias. El impulsivo capricho de Anna por casarse con el primer príncipe que cruza su camino es el detonante de la crisis principal, pero la relación más importante en el filme es el vínculo entre las hermanas. La aparición del leñador Kristoff impone un triángulo amoroso que los realizadores resuelven hábilmente. Y es encomiable como el arco narrativo de Elsa no incluye, necesariamente, el matrimonio como llave para la felicidad eterna.

Pero Frozen no puede ser absolutamente original. No puede prescindir de acompañantes animales de conducta atípica en este caso, un reno que se comporta como perro, y entiende el lenguaje de los humanos. No falta el alivio cómico, en la forma de un muñeco de nieve de desarmante inocencia. Menos inocente es la exaltación de perniciosos estándares de belleza femenina.

Ambas princesas tiene cintura de avispa. Las niñas ya no necesitan creer que el matrimonio es la llave de la realización personal, pero parece que todavía deben aspirar a parecer modelos de revista. Disney siempre tiene que vender muñecas y peluches.

Como todos los clásicos animados de Disney, Frozen quiere ser, en el fondo, un musical de Broadway. Ocasionalmente, los personajes rompen a cantar canciones que ahondan en su psicología y comentan sobre sus acciones. Lástima que la habitual imposición de la versión doblada al español nos robe de la voz de Idina Menzel, una de las estrellas del teatro musical norteamericano más apreciadas.

Las subtramas que rodean a las hermanas no logran abonar al gran discurso de la película. El clímax de acción protagonizado por un gigantesco monstruo de nieve se siente demasiado genérico, hasta que la resolución del drama fraternal le devuelve el foco a la película. Es un giro de eventos emocionalmente poderoso, que redime a Frozen por encima de sus problemas.

Sección Domingo Disney Frozen

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