Emiliano Chamorro Mendieta
En este mes se cumplen 62 años del fallecimiento de monseñor José Antonio Lezcano y Ortega, quien fuera el primer arzobispo de Managua, de 1913 hasta enero de 1952.
Monseñor Miguel Mántica, vicario pastoral de la Arquidiócesis de Managua, destacó la figura pastoral del sacerdote granadino, quien no escapó de la soberbia del poder, ya que Zelaya, un presidente anticlerical, lo expulsó del país junto a su vicario porque los religiosos le pedían respeto a las normas de la Iglesia.
“Monseñor Lezcano como sacerdote fue perseguido y expulsado por el gobierno de Zelaya. El motivo era que Zelaya, quien era anticlerical, les quería exigir que se quitaran la sotana y eso los religiosos no lo aceptaron. Fue un hombre valiente”, sostiene Mántica. Lezcano y Ortega falleció un 6 de enero de 1952.
TRAJO CALIDAD EDUCATIVA
Mántica también resaltó cómo el entonces arzobispo de Managua se interesó por mejorar la calidad de la educación del país, trayendo órdenes religiosas para tal propósito.
“El trabajo como pastor de monseñor Lezcano fue muy grande en el campo de la educación. Él trajo a los jesuitas, a los lasallistas, entre otras órdenes religiosas femeninas que vinieron a levantar el nivel de la educación de Nicaragua”, comenta Mántica.
Por otro lado Mántica Cuadra también destacó el trabajo pastoral de monseñor Lezcano y Ortega.
“Él construyó la primera Catedral de Managua, la Catedral de Santiago. Levantó muchas capillas y parroquias para promover la evangelización. Fue un gran arzobispo”, recordó Mántica.
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