Fátima Arellano
Un colega de trabajo en una ocasión me comentó una situación muy personal por la que estaba pasando. Digamos que se desahogó conmigo. Afligido, me preguntó por qué será que algunas mujeres descuidan su apariencia, aumentan de peso y se comportan todo lo opuesto a como cuando estaban de novios.
Le respondí que debía existir un trasfondo, porque como mujer dudaba que ella quisiera descuidarse sin razón aparente, porque no solo se trata de cierta vanidad que viene impregnada en nosotras, sino también por autoestima, porque deseamos sentirnos bien con nosotras mismas y hasta inspirar atracción en los demás. Un trasfondo donde él, de cierta manera, tenía participación.
Él, en su defensa me dijo: “No es que ya no la quiera porque haya engordado, es que me preocupa que no desee bajar de peso, por su bien, por su salud. Hasta le dije que haría ejercicios con ella, que la apoyaría con la alimentación, comería lo mismo que ella y estaría siempre a su lado. Y nada, no quiere nada. Y yo, hasta ya la estoy viendo como a una mujer más. Se está apagando la chispa, el brillo de mis ojos, todo aquello que veía en ella y que me enamoró. No es solo su físico, es su cambio de actitud, que esté tan negativa”.
Al finalizar la conversación, le garanticé que abordaría el tema y que lo compartiría porque no dudaba en que muchas parejas se sintieran identificadas con esta situación.
Y la verdad es que una situación como esta pone en riesgo cualquier relación de pareja, podría ocasionar infernales discusiones y en lo peor del caso, la ruptura o infidelidades.
Evitarlo es posible y justamente como una relación es de dos, es aconsejable comprender las dos caras de la moneda.
Lo primero es que ninguna mujer cae en depresión porque se le ocurrió o porque así lo haya querido. No. Las mujeres somos más emocionales, sentimentales y analíticas. Así que lo que ustedes, hombres, nos transmitan y digan, se irá acumulando en un lugar donde suele ser más complicado sanar: nuestro corazón. De igual manera, mujeres, me parece equitativo que también tratemos de comprender a los hombres, pues ellos son más prácticos y quizás hasta manuales, como una vez un amigo me dijo. Son de guiarse por el físico, las actitudes y el comportamiento, y como a todo ser humano, les agradan los detalles. Tener a una novia o esposa descuidada no forma parte de sus planes sociales.
Como tarea mutua y recíproca, comprendamos que el amor tiene que alimentarse todos los días y demostrarse con hechos, no solo con palabras.
Ana Salgado, terapeuta sexual y de parejas, confirma que las mujeres necesitan sentirse deseadas.
“Las mujeres toman muy en serio el hecho de que sus parejas las encuentren atractivas y sensuales. Generalmente miden esto en términos del deseo sexual, es por eso que las mujeres se toman muy personal cuando su pareja no tiene ganas de tener sexo y tienden a creer que se debe porque están gordas, son feas o porque están siendo infieles”, explica Salgado.
La especialista afirma que existe una falta de “comunicación de género” en ese sentido, ya que los hombres en general creen que ellas se quejan por lo que ellos no hacen y, en este caso, es más una cuestión de lo que no expresan.
“Y vuelvo al inicio, las mujeres necesitan sentirse deseadas. La mayoría de los hombres desean a sus parejas y las consideran atractivas, pero cometen el error de no decirlo lo suficiente, quizás porque no están acostumbrados a expresarse y, por lo tanto, no lo dicen y su mujer no se da cuenta que sus tres horas de arreglo valieron la pena. Para mí, se necesita lograr expresar el balance correcto entre amor, afecto y deseo sexual durante el día”.
No más excusas
Procurar mantenernos atractivos antes, durante y después del noviazgo es fundamental e imprescindible en ambos. No es solo responsabilidad u “obligación” de la mujer.
Al iniciar una relación, afirma Ana Salgado, estamos pendientes de ser lo más atractivo y atractiva posible, “pero con el tiempo, y en especial si la relación se formaliza, cada vez nos volvemos más laxos a la hora de cuidar nuestro aspecto y modales y, sin previo aviso, nos vemos envueltos en el típico cliché de la pareja casada: los dos gordos, sentados en el sofá, viendo TV todo el fin de semana, comiendo chucherías, sin bañarse y sin peinarse. Esto es un peligro para la relación”.
Ciertamente, las mujeres estamos un poco más conscientes de lo importante que es vernos lo más bonitas posibles porque mucho del valor que nos damos viene de qué tan bonitas nos sintamos o consideremos, y quizás por eso sea extraño y hasta incomprensible para los hombres que de un momento a otro todo cambie. Pero regresamos al punto de partida: hay un trasfondo.
“Los hombres se creyeron el cuento de que son como los osos: ‘mientras más feos más hermosos’. Y es cierto que las mujeres tendemos a ser menos visuales y a enamorarnos de la manera en que nos tratan, pero también es importante sentir que el hombre mantiene esos detalles, como perfumarse, vestirse bien y tener buenos modales, que con el tiempo los pierde”, exhorta Salgado.
Y como mantener viva la llama del amor y la atracción depende de los dos, te compartimos los siguientes tips que brinda la especialista en parejas y sexualidad:
* Cuida tu peso: es un error pensar que la pareja nos quiere a como nos veamos, y que como ya subí treinta libras, no importan otras treinta. Es cierto que tu pareja te va a querer, pero ya no le vas a ser tan atractivo o atractiva como antes y esto puede afectar la vida sexual de ambos. Además, el sobrepeso afecta la salud sexual. La gente que está pasada de peso tiene más problemas de circulación, cardíacas y diabetes, lo cual tiene un efecto directo y negativo en la capacidad de erección y orgásmica.
* Atiende tu apariencia general: toma en cuenta cómo le gusta a tu pareja que te vistas e inténtalo de vez en cuando. No andes desaliñado o desaliñada o con ropa llena de agujeros en casa (y por si la aclaración es necesaria, tampoco fuera de casa). Tampoco duermas con la peor ropa. Usa algo cómodo, pero también sexy. Toma en cuenta que en la casa y específicamente en la cama es donde más surgen los encuentros sexuales, y sería una pena que tu pareja pierda la inspiración de un momento especial porque andes vestido o vestida como indigente.
* Arreglo personal: mantengan la higiene personal, asegúrense de tener un olor agradable siempre. Cuida los pequeños detalles, como afeitarse periódicamente y mantengan arregladas sus manos y pies (sí, también los hombres). Y mujeres, nada de irse a dormir con rollos en la cabeza.
Las mujeres podrían cuidar su maquillaje y cabello. No hay que andar siempre súper arreglada, pero tener el cuidado de ponerte un poco de brillo en los labios y delineador o máscara en las pestaña no cuesta nada y hace una diferencia. Intenta nuevos cortes de cabello de vez en cuando, un nuevo perfume, todo para mantenernos interesantes y atractivas. Ambos, cuiden también la sonrisa e higiene bucal y buenos modales en todo momento.
Inevitablemente, nuestra apariencia irá cambiando mientras los años avancen por el proceso de envejecimiento natural y la llegada de los hijos, pero recuerden hacer el mejor esfuerzo por mantenerse atractivos para conservar la relación saludable.
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