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Por el desarrollo de las mujeres

La mayor satisfacción de Martha Mercedes Muñoz es saber que a través del programa Cemex-Anspac Nicaragua puede ayudar a las mujeres de San Rafael del Sur a lograr cambios en sus vidas, fortaleciendo su autoestima y relaciones familiares, a la vez que adquieren alguna habilidad manual. De nacionalidad colombiana, vino a Nicaragua hace cinco años con su familia motivada por el trabajo de su esposo

Geraldina González C.

¿En qué consiste Anspac?

Es una asociación pro superación personal que se creó en 1974, a raíz de que un grupo de mujeres decidieron hacer un programa que ayudara a las mujeres que trabajaban en las empresas de sus esposos. El programa tiene tres partes: un programa de mujer, uno joven y uno empresa. El que estamos trabajando aquí es el programa Mujer Cemex – Anspac Nicaragua. Ayudamos a las esposas de los trabajadores con unos talleres y con formación humana. Les enseñamos a que tengan mejor autoestima, les damos talleres de responsabilidad, de cómo manejar a los hijos, de sexualidad, de relaciones con la comunidad y lo unimos a talleres de manualidades, costura, panadería y huertos. Tenemos dos enfoques: la parte humana y la parte de alguna habilidad para ellas. Ambas se complementan y permiten que se sientan realizadas.

¿Trabajan con alguna empresa?

Sí. Esta es una organización sin fines de lucro, pero en Nicaragua Cemex nos colabora en su programa de Responsabilidad Social. Actualmente, estamos trabajando en San Rafael del Sur, donde está su planta de cemento, nos facilitan el lugar y las herramientas, y nosotros dictamos la clase, les damos el taller y allí ellas se pueden desarrollar.

¿De cuánto tiempo son los talleres?

En total son cinco años: tres cursos de básico de diez meses cada uno, y dos programas de avanzado. Cuando llegan al final del programa sienten que ya pueden desarrollar un negocio, hacer una microempresa y que su habilidad se les volvió como su profesión. Es algo muy completo.

¿Qué la motivó a formar parte de este programa?

Yo conocí el programa hace algunos años en México cuando viví allá, pero no había trabajado en él porque no sentía que existiera tal cantidad de personas a quienes pudiera ayudar. Cuando vine a Nicaragua vi que había mucha necesidad y alguien de México me habló y me dijo que si podíamos montar el programa aquí. Me siento muy satisfecha de que este programa ha ido arrancando y que Cemex nos ha apoyado, porque sin ellos no hubiéramos podido hacer eso.

¿Cuál ha sido la mayor satisfacción que le ha brindado su trabajo en el programa?

Lo que más me llena de satisfacción es encontrarme a las mujeres del programa y que me digan que han cambiado, que ven la vida diferente y que sienten que valen. Cuando me dicen esas palabras, me siento muy satisfecha porque es como que hubiéramos cambiado juntas. Es satisfactorio saber que con un granito de arena estemos ayudando a que la gente tenga un cambio de vida.

¿Cómo es la relación con sus tres hijas?

Soy feliz de tenerlas. Todas tenemos una vida familiar muy agradable. Las niñas han visto que estoy trabajando en esto y se han motivado a hacer actividades parecidas en el colegio, pertenecen a clubes donde pueden apoyar a la gente; hasta la más pequeñita ahora está en esto. Yo soy ingeniera y, aunque esto no tiene relación con los números, me siento muy satisfecha de que ellas lo vean, sobre todo en este momento que Dios nos dio la oportunidad de vivir aquí y que siento que en Nicaragua uno tiene la posibilidad de trabajar para la gente. Me encanta hacerlo y siento que es el mejor ejemplo para que ellas vean que uno piensa en las demás personas.

Además de su trabajo en Anspac, ¿qué otras actividades realiza?

Me encanta hacer ejercicio, porque es como una terapia. Voy al gimnasio y hago yoga, me encanta hacer eso. Vivo muy pendiente de los eventos de mis hijas, de sus deportes y de todo lo concerniente al colegio.

¿Qué metas o planes personales tiene?

Con Anspac me encantaría que se pudiera proyectar a más empresas para que desarrollen este programa y que se vuelva más grande. En lo personal, quiero que mis hijas sigan creciendo en ese ambiente tan familiar y que se vayan desarrollando profesionalmente. Me encantaría también estar un tiempo más en Nicaragua, pero veremos qué pasa.

Nosotras Desarrollo mujeres

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