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Todos saludables

Las altas temperaturas que caracterizan la temporada de verano provocan una mayor sudoración de nuestro cuerpo, por lo que la cantidad de electrolitos que perdemos a través de este fluido es mayor.

* Hidratación: las altas temperaturas que caracterizan la temporada de verano provocan una mayor sudoración de nuestro cuerpo, por lo que la cantidad de electrolitos que perdemos a través de este fluido es mayor. Por tal razón, se recomienda consumir hasta tres litros de agua al día, sobre todo si se realiza algún tipo de actividad física. La sed es la principal señal de alerta causada por la deshidratación del cuerpo.

* Inclusión de frutas: la naturaleza nos brinda un apoyo para sobrellevar el calor que nos invade en estos días ofreciéndonos una variedad de frutas que podemos integrar a nuestra dieta. Papaya, sandía, melón, piña, mandarina y naranja son parte de las frutas que podemos disfrutar en esta temporada. La especialista en nutrición dice que además de obtener agua de ellas, las frutas son una fuente de antioxidantes y vitaminas ideales para proteger la piel.

* Evitar sales y grasas: la retención de líquidos es una de las principales consecuencias del consumo excesivo de sal en las comidas. Pasquier explica que consumir alimentos salados como boquitas, aceitunas o bocadillos salados provocan un aumento en la retención de líquidos, cuya consecuencia es aumento del volumen de sangre y, por lo tanto, aumenta la presión.

“Se recomienda comer frutas, verduras frescas, ensaladas, e incluir proteínas sin grasas como el pollo a la plancha, pescado y mariscos. Se debe tener cuidado de no consumir muchos productos enlatados por la cantidad de sodio o sal que puedan contener. Hay que tener un equilibrio”, recomienda la nutricionista Ligia Pasquier.

* Alimentos seguros: si decidimos ir a la playa y llevar comida preparada en casa, es importante verificar su estado antes de consumirlos, ya que el calor propicia el desarrollo de microorganismos que pueden provocar alguna enfermedad estomacal.

“Es importante cocinar bien los alimentos y llevarlos en un recipiente bien tapado, si es posible recalentarlos y consumirlos lo más pronto posible sin dejar sobrantes que se puedan utilizar después porque puede ser peligroso. También ir preparados con frutas y llevar comidas especiales en el caso de las personas que tengan alguna enfermedad crónica, como diabiéticos o hipertensos”, sugiere Pasquier.

* Alimentación balanceada: para perder peso o mantenerlo, la nutricionista recomienda seguir una dieta de cinco tiempos de comida; es decir, tres tiempos principales (desayuno, almuerzo y cena) y dos meriendas.

En el desayuno puedes consumir cereales integrales, lácteos descremados y jugo de frutas, principalmente de naranja y de preferencia sin azúcar o con muy poca.

Para las meriendas de media mañana (10:00 a.m.) y media tarde (3:00 p.m.) puedes comer frutas.

En el almuerzo puedes incluir una ración de proteína magra o sin grasas, una ración de pollo, pescado o carne, acompañado de una ensalada de vegetales, verduras crudas y hervidas y una porción de carbohidratos que puede ser un poquito de arroz, una tortilla o una papa, y de refresco, lo mejor es tomar agua.

* Tiempo de espera: después de comer, la nutricionista recomienda esperar entre una y dos horas para dar tiempo a la digestión de los alimentos y poder ingresar al agua.

Nosotras especial verano

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