Fátima Arellano
¿Desde hace cuánto le atrae la ayurveda?
Me atrae desde siempre, creo que no podría tener un cálculo exacto, porque siempre me ha gustado tener mis aceites y velas aromáticas para mis momentos de espacio y meditación. Toda la vida he tratado de estar en equilibrio y balance con la naturaleza y con el cuerpo mismo, por eso me atrajo la ayurveda y específicamente estudiar técnicas de masajes y su cultura. En 2012 pude lograrlo, ya que a mi esposo se le presentó la oportunidad de trabajar en Sri Lanka y nos fuimos juntos. Para mí fue como un año sabático que aproveché para estudiar algo que tanto me ha apasionado.
En ese año aprendí todo lo relacionado a la ayurveda y los marmas, que son los puntos que tiene el cuerpo humano, son invisibles pero tienen cierto reflejo a las diferentes partes del cuerpo, dependiendo de las características de la persona.
¿Qué la motivó a abrir Ayurveda Marma Spa?
Al año siguiente que regresamos, sentí la necesidad de compartir este conocimiento con las demás personas, ya que es una excelente alternativa de salud. A través de la ayurveda se pueden tratar muchas dolencias y por eso en febrero del año pasado abrí el spa.
¿Qué tratamiento es el que más le solicitan?
Las personas vienen más para aliviar el estrés a través de un masaje ayurvédico que es el más completo de todos. La vida misma y todas sus exigencias generan cierto grado de estrés y las personas acuden para liberarlo y tener un tiempo completo de relajación.
Cabe destacar que para todas las terapias que realizo siempre me gusta tener un momento previo de respiración rítmica con mis pacientes, porque nos permite lograr un balance físico del cuerpo para alimentar nuestro sistema sanguíneo, el cerebro y los pulmones,
¿Cómo maneja sus propias energías?
Yo practico metafísica, esto está directamente ligado con Dios. También realizo meditación, la cual siempre recomiendo porque nos da balance. Me gusta meditar dos veces al día, siempre en la mañana y en la tarde. A mis pacientes les recomiendo que se dejen un tiempo a solas, un momento de introspección, que les sea saludable, que les permita escuchar su voz interna, que también lo protege a uno.
Cuando necesita un masaje, ¿a quién recurre?
Hay dos maneras de recibir un masaje: de forma pasiva, que es cuando uno se recuesta y lo recibe, y el activo, que uno se puede hacer dependiendo de la flexibilidad que se tenga. En mi caso, practico el masaje activo cuando lo necesito, ya que conozco mis marmas y puedo hacer mis propios movimientos.
¿Cómo le gustaría que fuese considerada la ayurveda?
Deseo que lo veamos como una alternativa de salud, que funciona muy bien porque realmente tiene muchas bondades para el ser humano.
¿Qué proyectos tiene a futuro?
Cuando estuve en Sri Lanka me surgió la idea de abrir un centro para las personas de la tercera edad, porque deseo que tengan algo, es mi mayor deseo que no queden en el abandono ni en la soledad. Pero este proyecto requiere tener más recursos, por eso comencé con el spa, el cual también deseo ampliar.
¿Cuál es su filosofía de vida que pudiera compartir con las demás personas?
La palabra puede sonar muy retórica, pero hay que lograr un balance en la vida. Cuando uno es joven, cree que la vida es solo un momento y ya, y hacemos cosas que no llenan, porque no vemos los resultados que nos hubiera gustado. Hay muchas formas de aprender a tener ese balance en la vida, comenzando por hacer lo que más nos gusta, porque cuando hacemos las cosas por compromiso lo hacemos mal y es ahí cuando surge la mediocridad. No hay nada como hacer las cosas con amor para que queden bien. Recordemos que el cuerpo se agota y nos pasa la factura en algún momento. Mejor, amemos lo que hacemos.
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